El Principito, una película para niños y no tan niños

el principitoPor Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.

Que grande es la necesidad de un ser humano por autoanalizarse, por retomar las etapas que vivió, pero sobre todo por hacer partícipes a sus hijos, familiares o amigos de sus errores para que ellos no los cometan también. Quizá ese es el gran mensaje, entre muchos otros que nos puede dejar “El Principito”, adaptación de la obra maestra del gran Antoine de Saint Exupery, cuyo filme fue dirigido por Mark Osborne, recordado con cariño por codirigir Kung Fu Panda (2008) junto a John Stevenson.

Esta cinta es un caso muy peculiar que no acaban de entender quienes la llevan a la pantalla grande. Una historia que sí habla de un niño, que sí pretende llegarle a los niños, pero cuya esencia y filosofía tienen una profundidad impresionante y por esa situación es difícil que pueda ser del gusto de un pequeñín.

En materia de estética visual, esta cinta, que por cierto, ya tiene un antecedente en 1974, es una joya, con animación sencilla pero enternecedora, atípica a las películas animadas que han visto la luz últimamente.

El trabajo de animación está hecho en la técnica stop motion y deja bien claro que las figuras son tiernas y entrañables, pensadas en un público infantil, aunque también en los padres de esos niños, que al final de cuentas serán quienes nos acerquen a las salas.

Sobre el argumento, cabe mencionar que resalta la parte formativa, ofreciendo dos visiones a los niños, la del mundo real y la del mundo de fantasía donde todo es posible, en donde nos abre la puerta de entrada un viejo aviador.

Una historia con serias modificaciones al argumento original del libro, que sin embargo mantienen la naturaleza de las reflexiones esgrimidas por el desaparecido Saint Exupery entorno a las etapas de la vida del ser humano.

Una cinta bastante recomendable que seguramente le dejará, no solo un buen sabor de boca, sino también una espinita que le puede provocar acercarse a la literatura del escritor francés.

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o ingrese al grupo www.facebook.com/CinematografoCeroCuatro/

 

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