“Somos Lengua: Fragmentos del Hip Hop México”, un filme deleitante.

Por Héctor Trejo S. Columnista de Radiografía Informativa

Qué grande parece para muchos, la distancia que hay entre un documental y el entretenimiento, pero un título tan atractivo como “Somos Lengua: Fragmentos del Hip Hop México”, comienza por atraer a un espectador ávido de cine, de buen cine, de cine inteligente. En este caso, el largometraje dirigido por Hyzza Terrazas, tiene una mezcla de poder cultural, entretenimiento y urbanidad intensa.

Y es que muy seguramente, la simple mención de un género musical como el rap, retratado por un género cinematográfico como el documental, podría resultar para muchos, una mezcla de total desinterés, sin embargo, resulta una bomba de tiempo, que detona en un resultado deleitante, hasta para los que no somos ni cerca, fanáticos de las rimas callejeras.

El recorrido por las calles del país y los estudios musicales que hace el director, permite que los espectadores tomen su tiempo para analizar los discursos de segregación y persistencias que transmiten los protagonistas, personas que llevan la música, el lenguaje y por supuesto la identidad como estandarte de vida, que se muestra de a poco en el metraje.

La recuperación del lenguaje, como el propio título lo menciona, propicia un debate, que por sí solo es complejo, teniendo como punto de partida, la variedad lingüística de individuos que, en muchos casos, tienen un nivel académico bajo, pero que se han refugiado ante ese inconveniente en un mundo culturizador, que a su manera, les aporta esa intensidad identitaria de la que todos requerimos en algún momento.

Niños, adolescentes y adultos, todos relacionados con la música, con el rap, no tienen otra opción –incluso de manera inconsciente- que interactuar con la lengua, con el lenguaje y con un nivel de la cultura que ni el propio secretario de Educación de nuestro querido México, ha podido demostrar en diferentes momentos.

La sal y la pimienta del documental, la pone la estética visual, que va del dramático blanco y negro, al colorido de las calles, que por momentos retratan paredes, grafiteadas y ásperas, llenas de mensajes codificados, sí, más mensajes y más lenguaje, más lengua intimista.

Un testimonio retumba en la cabeza de todo el que mira la película y le permite dar colofón al discurso propuesto por Hyzza Terrazas: “es el camino que yo elegí, aquí no tienen la culpa los padres ni la educación, uno elige ser quien es”.

Una cinta sumamente recomendable que le aseguro va a disfrutar de principio a fin, aunque no sea apasionado de rap.

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o regístrese en www.facebook.com/CinematografoCeroCuatro/ para recibir más información del séptimo arte nacional e internacional.

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