Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa
Una historia de época, basada en Los árboles mueren de pie de Alejandro Casona que fue filmada casi en su totalidad en la ciudad de Campeche, llega ahora a la pantalla grande, bajo la dirección de Roberto Girault (El Estudiante, 2009) con el nombre de “Ilusiones S.A.”, protagonizada por Jaime Camil y Adriana Louvier, situación que para los cinéfilos podría no ser un gran aliciente por la tremenda cercanía de los actores con el mundo de las telenovelas, sin embargo vale la pena explorar esta propuesta cinematográfica.
Y es que resulta interesante saber que el cineasta ya tiene una experiencia bastante satisfactoria con “El Estudiante” hace algunos años, cinta que fue bien recibida por la crítica especializada, pero sobre todo por el público que frecuenta las salas de cine comercial, lo cual resulta un tanto complicado, pues son público que usualmente prefiere el cine estadounidense.
El filme, narra el momento en que la empresa Ilusiones S.A., que se dedica a crear fantasías para satisfacer los recuerdos vacíos de la gente, entra en un conflicto, a todas luces esperado, pues durante años, ha enviado cartas ficticias de su nieto a una mujer (interpretada por Silvia Mariscal), contratados por el esposo a quien llaman Sr. Balboa (Roberto D’Amico) de la misma, avisándole de sus logros y mostrándole que es una persona de bien, hasta el momento en que el verdadero nieto aparece y comienza a extorsionar a la familia.
En la cinta, Camil y Louvier interpretan a Mauricio e Isabel, que son los personajes que se harán pasar por el nieto bueno y su esposa. Su trabajo histriónico es bueno, pues en términos generales, nos hacen creer que forman parte de dicha empresa, aunque nada del otro mundo.
A pesar de que es una comedia, por momentos bastante simplona, con situaciones a todas luces predecibles, le aseguro que no saldrá del cine sin haber soltado unas cuantas carcajadas que seguramente le van ayudar a sacar el estrés laboral.
Una película apenas recomendable, un filme sin pretensiones y en ello radica su efectividad, podríamos incluso considerarla como palomera, es decir un largometraje para ir a pasar un buen rato al cine, porque si va usted esperando otra cosa, no será una visita nada grata a la sala oscura.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected]