Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Hablar de Muxes es entrar a un mundo desconocido para gran parte de la sociedad mexicana, pero no para la oaxaqueña, pues en la zona del istmo de Tehuantepec son integrantes funcionales, admirados y respetados, en particular en la ciudad de Juchitán. Así pues, la labor del director mexicano Rigoberto Perezcano fue todavía más compleja, al exponer con “Carmín Tropical”, una historia que tiene prácticamente de todo, empezando por un manejo del suspenso que va in creciendo a lo largo del filme.
Pero ¿qué son los Muxes?
“La palabra muxe es una adaptación zapoteca de mujer (…) les llaman el tercer género, que es un género ampliamente reconocido por la sociedad juchiteca, pues les gusta expresar su identificación con lo femenino”[1], es decir, visten de mujer y en ocasiones cumplen con ese rol social y a veces sexual, aunque no se puede generalizar, pues también hay muxes casadas con mujeres.
Era importante esta aclaración, para poder adentrarnos en el interesante argumento que el cineasta mexicano nos ofrece, pues nos habla de Mabel, una muxe que vuelve a su tierra Juchitán con el fin de esclarecer el asesinato de su mejor amiga Daniela, quien también fue muxe.
Utilizando una técnica casi documental, Perezcano nos adentra en el mundo de la cultura muxe, evitando casi cualquier juicio de valor que pudiera emitirse en contra o a favor de esta costumbre regional, dejando solo a la experiencia de sus personajes esa responsabilidad y concentrándose en contarnos la investigación que realiza Mabel a lo largo del filme.
Parte del interés que generó en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, radica en que hoy en día están de moda las cintas y series de televisión que hablan de la investigación criminal y sus diversas vertientes, perfectamente llevadas a la pantalla grande por el realizador, demostrándonos la enorme pericia con la que cuenta.
El trabajo histriónico es también bastante bueno, incluso el papel protagónico concretado de gran manera por José Pescina (Mabel), nos lleva de la mano con su personaje a lo largo de la historia.
Una cinta bastante recomendable, que no debe usted perderse en cuanto llegue a su sala favorita. Además de que la película cumple con el objetivo primordial del cine que es entretener, podría ser un tema interesante para el debate con los amigos y familiares.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected]
[1] Corkovic, L. (2012). La cultura indígena en la Fotografía mexicana de los años 90. España: Universidad de Salamanca.