Toluca, Edomex.- El 2 de marzo de 1824 se reconoce como fecha oficial de la erección del Estado de México, aunque sus antecedentes se remontan al periodo colonial, en 1548, cuando el territorio recibió el nombre de Provincia de México, integrada por cinco de las 23 provincias mayores en las que se dividía el Virreinato.
Al consumarse la Independencia, el país estaba estructurado conforme a una doble división política: la de intendencias y la de diputaciones provinciales. La división por intendencias databa de 1786, una de ellas era la Intendencia General de Ejército y Provincias de México, con capital en la Ciudad de México, y que incluía los actuales estados de México, Querétaro, Morelos, Hidalgo y la mayor parte de Guerrero.
La división por diputaciones provinciales se estableció en 1812, y abarcaba una o más intendencias. La Diputación Provincial de la Nueva Intendencia de México siguió funcionando durante el primer Imperio y el periodo preconstitucional, hasta fines de 1823.
Así, la historia de nuestra entidad ha estado ligada a la historia de la República. Se considera que fue durante la segunda década del siglo XIX, cuando se creó el Estado de México, a partir de un acto jurídico, aprobado por el artículo 7º del Acta Constitutiva de la Federación. Finalmente, el 2 de marzo de 1824 se instaló en el salón de juntas del Ayuntamiento de la Ciudad de México la Legislatura Constituyente del Estado de México y designó a Melchor Múzquiz gobernador interino.
El Estado de México era entonces el más importante de las 19 entidades de la República: abarcaba una superficie aproximada de 100, 000 kilómetros cuadrados, comprendiendo, además del territorio actual, los de Hidalgo, Morelos, el Distrito Federal y la mayor parte de Guerrero. Situado en el centro del país, cruce de infinidad de rutas y la región más poblada, contaba con 1’300,000 habitantes, que alcanzaban 21% de la población total del país.
Por si fuera poco, al poseer a la Ciudad de México, tenía asegurados altos ingresos. Sin embargo, el federalismo tendió a restar poder al Estado de México, al cual se le obligó a proporcionar una contribución elevada a la Federación y se le expropió la Ciudad de México el 11 de abril de 1826. El Estado de México tuvo que darse a la búsqueda de otra capital. Se eligió Texcoco, en donde se promulgó la primera Constitución del Estado de México, el 14 de febrero de 1827.
Posteriormente, el 15 de junio de 1827, los poderes estatales se trasladaron a San Agustín de las Cuevas (Tlalpan) y el 24 de julio de 1830, Toluca se convirtió en la capital. No obstante, durante el siglo XIX la entidad mexiquense tuvo otras capitales temporales como Lerma, Sultepec y Metepec.
El sistema federal se vino abajo en 1835 y en razón de ello el Estado de México dejó de serlo para convertirse en Departamento de México el 23 de octubre de ese año. En agosto de 1846, el federalismo se restableció; al mes siguiente, el 12 de septiembre, el gobernador Olaguíbel reinstaló en Toluca los poderes del estado.
Para 1850 gobernaba Mariano Riva Palacio. Le sucedió Luis Madrid, a quien correspondió emprender una nueva división territorial. Conforme a ella, el estado se componía de ocho distritos: Cuernavaca, Este (Texcoco), Tulancingo, Huejutla, Sultepec, Oeste (Tlalnepantla), Toluca y Tula.
A lo largo de todo el siglo XIX, la creación de nuevos estados y su incorporación a la Federación hicieron que el territorio original de nuestra entidad sufriera continuas segregaciones que se prolongaron hasta 1917, cuando el Estado de México aportó cerca de 2 mil kilómetros para el Distrito Federal.
¡Felicidades a todos los mexiquenses!