Por Héctor Trejo S; colaborador de Radiografía Informativa.
La cinta “300”, no fue el ‘santo de la devoción’ de muchos, primordialmente por su alto contenido violento, lo que impedía a toda costa, el ingreso de menores a las salas, sin embargo, fue el deleite de quienes años atrás le hicieron caravanas a “Sin city”, pues los gráficos, la violencia y el ritmo de las cintas, es esencialmente similar. Esta situación, sin duda, marca de una manera determinante la llegada a la pantalla grande de “300 el nacimiento de un imperio”, que es mucho más violenta y con mayores desplantes tecnológicos que la película que le da origen.
En realidad no es solo una precuela, pues transita entre los momentos previos a la batalla de los 300 soldados espartanos, durante y después de la masacre de guerra, mostrando como en la entrega anterior, una serie de escenarios plagados de un tono dorado que altera los sentidos y que por cierto es obra de la magia digital, pues son creados con un software como en la cinta anterior.
Gracias a este desplante tecnológico, el filme prácticamente obliga al espectador a presenciarlo en una pantalla iMax y en tecnología 3D, para poder apreciar cada detalle extraído de la imaginación de Frank Miller, que plasmara en el guión Kurt Johnstad y que volviera realidad el director Noam Murro.
En materia de actuación, el trabajo en pantalla de Sullivan Stapleton y Eva Green, va muy acorde con todo el ritmo agresivo del largometraje, brindándole ese contexto emocional que requiere y del que al final de sus 102 minutos de duración, nos deja un muy buen sabor de boca, aunque la participación de Rodrigo Santoro y Jack O’Connell, no queda de lado.
En resumidas cuentas, el argumento de la cinta narra el enfrentamiento entre el general griego Temístocles y el sanguinario ejército de Persia, dominado por Xerxes, un mortal convertido en dios, y guiadas por Artemisia. Sabiendo que la única esperanza de derrotar a la arrolladora armada persa será unir toda Grecia, finalmente Temístocles dirige el ataque que cambiará el curso de la guerra.
En resumidas cuentas una película bastante recomendable, aunque es notorio el cambio, tanto en el tono narrativo como en la dirección escénica, por la falta del gran Zack Snyder, que sin embargo, aporta sus ideas en el guión. Es un filme que seguramente le resultará sanguinario y devastador y ese, precisamente, es el propósito de su director.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o ingrese al sitio web www.inter-medios.jimdo.com