Por Génesis Gatica Porcayo, Agencia Informativa Conacyt.
Ciudad de México.- A la hipertensión arterial (HTA) también se le conoce como el “asesino silencioso” y se trata de uno de los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedad cardiovascular, cerebrovascular y falla renal, que son causas importantes de mortalidad en México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut).
El médico cirujano y especialista en neurociencias Marco Antonio Sotomayor, investigador en ciencias biomédicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dentro del área de neuroinmunología, colabora actualmente en estudios de modelos de infarto cerebral en ratones, con el objetivo de crear nuevos medicamentos que puedan ser aplicados en humanos que sufran este padecimiento y así mejorar su condición.
Con base en información internacional de estudios que mencionan las complicaciones cerebrales en la hipertensión arterial, el especialista informó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt sobre la importancia de detectar a tiempo la hipertensión arterial con el fin de prevenir efectos secundarios en el organismo. “La persona no siente nada al principio pero la hipertensión ya puede estar causando efectos negativos al cuerpo”.
Quiénes y por qué son más propensos a la hipertensión
Ensanut menciona que actualmente tres de cada 10 adultos mexicanos tienen hipertensión y los principales factores que la desencadenan son la edad, alta ingesta de sodio, dietas elevadas en grasas saturadas, tabaquismo, estilo de vida sedentario y la presencia de enfermedades crónicas como obesidad, dislipidemias y diabetes, entre otras causas.
Los hombres son más propensos a desarrollar HTA; sin embargo, hay un riesgo especialmente alto de que mujeres en la posmenopausia padezcan de dicha afección, además el consumo inmoderado de alcohol puede acelerar el proceso de daño al organismo por dicho padecimiento, afirmó el especialista.
Actualmente hay datos por parte de la Ensanut que manejan que, independientemente del sexo, hay una prevalencia de HTA en México de 30 por ciento y es más alta en adultos con obesidad y con diabetes que en adultos con índice de masa corporal (IMC) normal y sin diabetes, recalcando que hay segmentos de la población mexicana que padecen esta afección sin saberlo.
El papel del cerebro en la hipertensión
Marco Antonio Sotomayor mencionó que cuando se controla la presión arterial se asegura que el cerebro tenga los nutrientes adecuados para su funcionamiento, pues de no ser así es uno de los principales órganos que se ven dañados causando afecciones de mayores consecuencias. “La hipertensión puede generar demencia de tipo Alzheimer, la persona no lo va notando hasta que aparecen los síntomas”.
El infarto cerebral es otra de las consecuencias que puede producir la hipertensión arterial en el afectado, así como los infartos hemorrágicos, que en palabras del especialista, estos últimos son los más peligrosos y dañinos de todas las patologías que se presentan en el cerebro asociadas con este padecimiento.
Afirmó que en la actualidad existen tratamientos eficientes para el control de la presión arterial, y con un manejo adecuado y oportuno se regresa el riesgo a los niveles normales. “Si tú tienes hipertensión y yo te doy un tratamiento, puedes regresar a la presión normal y tu riesgo será igual al del resto de la población, es mucho menor”.
Además, dijo, los daños provocados en el cerebro desencadenan una serie de afecciones secundarias que involucran más órganos del cuerpo, pues estos tienen conexiones nerviosas directas con la llamada materia gris, como es el nervio óptico que puede provocar ceguera en los hipertensos.
“Los síntomas de la hipertensión son inciertos, pues la persona puede tener varios años viviendo con ella sin tener síntomas específicos y cuando estos se presentan es porque algo ya está muy mal”, declaró. Los síntomas que más refiere la gente son dolor de cabeza, visión borrosa, taquicardia, ansiedad, entre otros.
Para el médico es recomendable revisar la presión arterial por lo menos cada seis meses, a pesar de no tener ningún síntoma, además de realizar actividad física, llevar una dieta balanceada para mantener un peso saludable y controlar glucosa y colesterol dañino, así como los niveles de triglicéridos que influyen de manera importante en la hipertensión para causar daño cerebral.