Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa
Si no bastó la imagen e historia del pez payaso “Nemo” y su mala suerte, mala ubicación y lucha por la vida y reintegrarse al núcleo familiar, hoy Pixar nos regresa al mundo colorido de los personajes tiernos, pero esta ocasión tomando como personaje principal a la curiosa Dory, que seguramente para el final del largometraje le habrá robado el corazón, a usted y a sus hijos.
Se trata de una cinta mayormente enfocada al público infantil aunque obviamente no deja de lado al público adulto, quienes la llevaron a conseguir un tremendo éxito comercial, claro está a petición de sus hijos, razón por la cual, los directores Andrew Stantos, José Luis Gil y Angus MacLane, ponen especial atención en el manejo de un relato lleno de valores, entretejidos con la ya conocida aventura submarina.
Si bien “Buscando a Dory” (Finding Dory) puede parecer una secuela un tanto forzada a la fantástica “Buscando a Nemo” (2003), la historia en esta ocasión se enfoca en la distraída pececita azul Dory, a quien todo se le olvida y de nada se da cuenta, incluso, el recuerdo de sus padres es muy vago, apenas con ráfagas de memoria que son poco efectivas.
En esta secuela, Dory es atrapada por unos científicos-pescadores y llevada a un acuario, donde busca a sus padres, alejada de sus amigos. Nemo y su padre emprenden un rescate que los lleva a grandes y divertidas aventuras, todo ello en un marco de respeto y emotividad a flor de piel.
El desgaste natural de la historia no tiene nada que ver con el plano técnico, pues los estudios Pixar toman muy en serio su papel y la estética visual es poco más que impresionante, cuidando hasta el más mínimo detalle en reflejos, sombras y todo tipo de movimientos de cada uno de los personajes. El deterioro del argumento se enfoca más al cambio de rol del protagonista, que había sido el consentido de dos generaciones anteriores a la que entrará a las salas en esta ocasión.
En términos generales es una película bastante recomendable sobre todo si es un padre de familia preocupado por los mensajes de las películas y quiere dejarle a su hijo una agradable enseñanza, aunque no vaya al cine esperando encontrar una cinta de la intensidad de su antecesora.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias, escríbame al correo electrónico [email protected] o acceda al sitio web www.facebook.com/CinematografoCeroCuatro/