Por Gabriela Jaime, columnista de Radiografía Informativa.
El ordenamiento en nuestra vida es importante, en el pasado no podíamos entender el porqué de muchas situaciones en nuestra vida, sólo vivíamos con lo que nos enseñaban. Algunos éramos hijos de la chancla y el cinturón; eso nos acarreaba, según la psicología, enojó y trauma.
Hoy día muchos padres lo hicimos diferente y no quisimos que nuestros hijos vivieran lo mismo que nosotros; lamentablemente no conocíamos ni teníamos un instructivo de vida, muchos crecimos con traumas, sintiendo soledad en nuestro interior, sin saber cómo sanarla y sólo hemos conseguido hacernos daño tanto física, como mental y emocionalmente, ya que nuestra ignorancia e inocencia no nos permite MIRAR el gran amor que tenemos a nuestro alrededor; no nos permite darnos cuenta que nuestra vida está llena de un gran AMOR, el amor de un ser superior, para mi DIOS, y de nuestros PADRES; nos la pasamos juzgando el comportamiento de ellos y lo que nos dejaron de dar o en dónde se equivocaron.
Sin piedad muchos juzgamos a nuestros padres con una gran dureza, sin darnos cuenta que en realidad todo esto es por amor un amor absoluto, que inconscientemente repetimos de la misma forma que ellos lo hicieron y al no reconocer el gran amor de ellos nos restamos fuerza, la fuerza de vida, y la fuerza emocional que ellos vierten en nuestra vida, porque somos parte de ellos y sólo ellos no pueden dar esto.
Y a su vez, nosotros al no tener esta fuerza, no podemos dar fuerza a nuestros hijos y ellos por lo tanto tendrán que vivir sin esa fuerza, esta es una ley física: si yo no puedo mirar a mis padres, ellos no me pueden mirar a mí; y si no miran, yo no puedo mirar a mis hijos, por lo tanto los condeno a no tener ganas de vivir, y no tomar la fuerza que no doy; y esto se refleja en alcohol drogas sexo enfermedad, etc.
Todo lo anterior se podría cambiar sólo con mirar ese real y gran amor, sin juicios de nuestros padres.
Ahora es tiempo de cambiar tenemos un método llamado CONSTELACIONES FAMILIARES en donde nos enseñan a mirar, tomar, y dar lo que nos corresponde sin necesidad de que nuestros hijos lo hagan como nosotros, con enfermedades, dolor y tristeza.
La siguiente semana explicaré este método. Sólo miren el gran amor de esos seres que nos dieron la vida así como lo hayan hecho, sin juicios.
Gabriela Jaime Bojorges
CONSTELADORA
Informes para consultas al cel (55) 48841082, área de Texcoco.