Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
El valor artístico que adquiere la obra de un director premiado en el Festival de Cine de Cannes, por mucho, el más importante del mundo, resulta no sólo hereditario para el resto de sus trabajos, también una influencia determinante en la calidad que le imprima al resto de sus cintas. En el caso del rumano Cristian Mungiu, quien ya ha recibido los honores por “4 meses, 3 semanas, 2 días” (ganadora de la Palma de Oro en 2007) y “Más allá de las colinas” (Mejor Guión y Actriz en 2012), ahora con “Graduación” (Bacalaureat, 2016) conquistó el premio a Mejor Director el año pasado.
Y es que el trabajo cinematográfico del rumano ha dejado huella desde su primer filme internacional, por el minucioso retrato de la sociedad, que hace en cada uno de sus largometrajes. En “Graduación”, además de poner al espectador en el centro de un proceso social complicado, con reiteradas menciones de disgusto por las condiciones en que interactúan sus personajes, hace lucir el trabajo histriónico de Adrian Titieni, Maria-Victoria Dragus y Lia Bugnar, personalidades de la actuación desconocidos en nuestro continente.
La firmeza narrativa que caracteriza a Mungiu, acompaña la delicada pero reveladora Fotografía a cargo de Tudor Vladimir Panduru, que nos ofrece una visión de la gran Rumania, con espacios abiertos en su mayoría, pero atestada de multifamiliares, al más puro estilo de su compatriota Krzysztof Kieslowski (y su cinefotógrafo Witold Adamek) en “No amarás” (1988).
El filme es una cascada de complicaciones alrededor de una historia muy sencilla que de a poco se transforma en una bola de nieve que no se puede detener. Todo comienza con una adolescente que luego de sus exámenes viajará a Inglaterra a estudiar en una escuela de gran prestigio, sin embargo sufre un ataque en la calle, lo cual provoca en el padre un acoso complicado de tolerar.
Una cinta sumamente recomendable, que le aseguro no se arrepentirá de ver.
El Dandy serie mexicana de mediana calidad
Luego de acudir a Netflix como el salvador de los momentos de aburrición, me ha tocado congeniar con diversas series de televisión, una de ellas es “El Dandy”, protagonizada por Alfonso Herrera. La serie dirigida por Chava Cartas y Mauricio Cruz, deja mucho que desear, cuando analizamos al personaje principal, que parece estar narrando uno de los capítulos de “La ciencia de lo absurdo”, otro proyecto del actor.
El argumento, carece de fuerza, incluso hay capítulos en los que se puede predecir lo que sucederá. Acaso lo más rescatable de la serie es el fabuloso trabajo actoral de Damián Alcázar (El Chueco), quien realmente es el que saca a flote está mediana producción.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o regístrese en www.facebook.com/CinematografoCeroCuatro/ para recibir más información del séptimo arte nacional e internacional.