Por Hugo Valencia Juliao, Agencia Informativa Conacyt.
Ciudad de México.- Amorcito Corazón no sólo es una canción, también es un emprendimiento mexicano que busca la inclusión de productores de café y migrantes en un concepto innovador que prioriza el valor del café del sur del país para las personas que lo trabajan.
Fue así como Mariana Olascoaga, Daniela del Carmen Vázquez, Diana Patricia Núñez y Ana Paola Bravo, alumnas de Derecho, Negocios Internacionales y Pedagogía de la Universidad Panamericana (UP) concibieron su emprendimiento social.
Las alumnas participaron en el Hult Prize, concurso que premia a los emprendimientos más innovadores en todo el mundo. Las jóvenes mexicanas comentaron que su idea es potencializar a los pequeños productores de café del sur del país retribuyendo a su trabajo de una forma más justa.
La idea de Hult Prize fue dignificar la situación de más de 10 millones de refugiados ofreciendo soluciones innovadoras que permitan su inclusión en las sociedades. Bajo ese reto las mujeres emprendedoras diseñaron su modelo de negocio que ya ha sido validado por especialistas.
Este proyecto actualmente se incuba en el Centro de Emprendimiento de Alto Impacto de la Universidad Panamericana que busca apoyar ideas innovadoras de base tecnológica e impacto social.
“Hemos vistos que muchas empresas en México reciben pero no aportan cosas de valor a la sociedad. Tenemos la visión de que una empresa nace por la sociedad, y nosotras queremos formar un vínculo en el cual se cree un círculo virtuoso, en donde la sociedad se beneficie de la empresa”, explicó Daniela del Carmen Vázquez en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
Aunado a esto vieron que la producción de café en México era muy injusta para los productores pues no se les retribuye de forma justa su trabajo. “Principalmente en Veracruz, Chiapas y Oaxaca, por ello decidimos crear una empresa que ayude a migrantes y a productores mexicanos” dijo Mariana Oloascaga.
El objetivo es dar empleo a migrantes y retribuir de forma justa el trabajo de los productores de café de la región mencionada al sur del país. “Principalmente queremos ayudar a los migrantes de Centroamérica, pero en un futuro a los repatriados de Estados Unidos”.
El proyecto está pensado para que se establezcan varias plantas, las cuales sean operadas por migrantes de diversos albergues. De acuerdo a las habilidades de cada persona se les colocará en un área de la empresa.
Investigaciones sugieren que México debe consolidar una nueva cosmovisión de los derechos humanos y la migración que represente una contribución para el desarrollo y bienestar de las sociedades.
Esta iniciativa tiene lugar y es necesaria debido a que hay muchos prejuicios en torno a las personas en situación migratoria, por lo que un eje de este proyecto va dirigido hacia concientizar a la sociedad, comentó Ana Paola Bravo Vargas.
“Estamos trabajando con una incubadora donde nos están conectando con muchos expertos en los temas de mercadotecnia y especialistas en el mundo del café para poder enriquecer el proyecto y podamos establecer la manera más sencilla de hacerlo viable”, agregó Diana Patricia Núñez.
Las empresas sociales
Las jóvenes emprendedoras buscan también demostrar que en México pueden existir empresas sociales porque hasta ahora no ha habido un claro ejemplo para todo lo que se puede llegar a hacer e impactar con un emprendimiento de este tipo.
“Muchas veces se tiene el estigma de que si se quiere hacer algo con alto impacto social no va a ser rentable. Lo que nosotras queremos demostrar a través de un modelo de negocio innovador es que se puede crear una empresa que al mismo tiempo que ayuda a la sociedad genera ganancias”, explicó Mariana Oloascaga.
Asimismo, Ana Paola Bravo dijo que la empresa social rompe el paradigma de que ayudar no puede ser un trabajo que reditué. “Tenemos que seguir promoviendo este tipo de ideas que pueden poner una pequeña parte para empezar a cambiar el mundo”.
“Queremos hacer un cambio no solo a través de la ayuda que ofrecemos, si no también inspirando a otras personas a innovar y generar otros pequeños cambios”, reconoció Bravo Vargas.