Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Luego de las épocas que se caracterizaron por los grandes cómicos –que por cierto se hicieron en la calle, en la carpa y en la pantalla grande-, el cine mexicano cayó en una temporada de poca producción, marcada por extraños sucesos en la industria cinematográfica, que se veían proyectados en la paupérrima producción de filmes.
La industria fílmica mexicana recobró un poco de poder, auge y lucidez hasta la década de los setenta, aunque en su mayoría, el cine que tuvo lugar en aquellos años fue político y de ficheras, porque la comedia brillaba por su ausencia.
Bastantes años tuvieron que pasar para que el séptimo arte mexicano recuperara el gusto por la comedia, tan arraigada en su origen y que tantas satisfacciones diera a los cineastas y actores mexicanos. Fue a década de los noventa, cuando se retomaron las ganas por filmar comedia, como un género de respeto.
En 1991 “Sólo con tu pareja” aparece en escena, dirigida por Alfonso Cuarón, quien debutaba en el ámbito cinematográfico con esta cinta, su ópera prima, que escribiera junto con su hermano Carlos Cuarón y que se convirtiera en una de las plataformas de impulso de gran Emmanuel “Chivo” Lubezki como director de Fotografía.
La cinta pone en la mesa de debate el tema del SIDA, que pudiera ser el resultado de una vida de infidelidad. Una serie de enredos ponen el condimento para que esta comedia tuviera los grandes resultados en taquilla que consiguió, en una época en la que el cine mexicano estaba devaluado.
El filme protagonizado por Daniel Giménez Cacho, Claudia Ramírez, Luis de Icaza y Dobrina Cristeva obtuvo el Ariel a Mejor argumento original, además de que se convirtió en una cinta que rompió récord de rentas en los extintos Videocentros, que eran negocios donde se rentaban las películas, todavía en formatos VHS y Beta.
En 1999 comienza una trilogía cómica que además es contemplada en el contexto del cine político, los filmes son protagonizados todos por Damián Alcázar y dirigidos por Luis Estrada y comienzan con “La ley de Herodes”, que narra el momento cuando el alcalde Juan Vargas (Damián Alcázar) de un pueblo acepta el puesto pero el poder lo transforma en un gobernante corrupto lleno de avaricia tras la visita de un político astuto.
Una comedia que trascendió por las implicaciones políticas que tuvo, siendo considerada como un parteaguas de la reprensión cinematográfica en México, pues “fue uno de los títulos que señaló el fin de la censura tradicional en el cine mexicano y contradijo la indiferencia política de la generación”[1].
Entre el reparto, aparecen personajes de la talla de Pedro Armendáriz, Jr., Delia Casanova y Ernesto Gómez Cruz. La fotografía de la cinta corrió a cargo de Norman Christianson.
Para 2006 llega la segunda cinta llamada “Un mundo maravilloso”, cuyo argumento nos habla de un mexicano común que nos tiene hogar (Damián Alcázar) quien por obra del destino pasa de la extrema pobrera a un mundo de opulencia, mientras es explotado por intereses políticos.
Además de Damián Alcázar, en el filme aparecen Antonio Serrano, Cecilia Suárez, Ernesto Gómez Cruz, Jesús Ochoa, Silverio Palacios, Pedro Armendáriz Jr., Jorge Zárate, Carmen Beato y José María Yazpik, por mencionar solo a algunos.
Sin lugar a dudas, este largometraje fue el menos exitoso de la trilogía, en lo que a la venta de boletos se refiere. La taquilla no fue lo que se esperaba, aunque tampoco recibió tantos elogios de parte de la crítica especializada como se había presupuestado.
En la tercera cinta de la trilogía “El infierno” (2010), Estrada mantiene como protagonista al gran Damián Alcázar (Beny) y le agrega a un antagónico que le pone la sal y la pimienta al filme, El Cochiloco (Joaquín Cosío), un bandido que representa a la clase delincuencial de la provincia norteña.
El filme narra el momento en el que un migrante deportado de Estados Unidos, regresa a su pueblo. El Benny no encuentra un trabajo que le permita sentirse cómodo, ante lo cual termina por involucrarse en el negocio del narcotráfico, y luego descubre que la vida criminal no es tan lucrativa como él lo esperaba.
Cierto que se trata de una comedia aunque las imágenes que nos presenta Estrada y que retratan el accionar de los narcos, son fuertes, “a pesar de la sucesión de actos de tortura y asesinato, no se puede decir que ‘El infierno’ sea un film que se recree en el dolor de las víctimas”[2].
Finalmente, fuera de esa trilogía pero con un profundo nexo argumental, Estrada regresa en 2014 con “La dictadura perfecta”, otra comedia que contribuye a la crítica de las condiciones sociales y económicas de México, agregándole un toque muy intenso de sátira política focalizada en la presidencia de la República y los medios de comunicación.
El filme, se convierte en una suerte de análisis político con destellos de fina comicidad. “Los ciudadanos que en 143 minutos se desfogan maltratando ante la maquinaria de la dictadura perfecta y su complicidad de Televisa y TV Azteca”[3], poniendo en evidencia a personajes muy conocidos del periodismo oficialista y sacando a la luz el muy conocido tema del chayote periodístico, que incluso el website Animal Político la describió como “un espejo del sistema político mexicano” en 2014.
Pero también hay otras cintas de comedia dignas de destacar, como “Morirse en domingo”, dirigida por Daniel Gruener en 2006, que recibiera el año de su estreno el Ariel al Mejor diseño de arte, aunque estuvo nominada también a Mejor coactuación masculina.
El filme narra el momento en que una familia humilde se ve en la necesidad de contratar los servicios de una modesta funeraria, sin imaginar la situación que los hará pasar el dueño del negocio. Protagonizada por el gran Silverio Palacios, la película también contó con el trabajo histriónico de Humberto Busto, Maya Zapata y Raúl Méndez.
En 2008, una cinta de Issa López con guion de Jorge García, fotografía de Carlos Aguilera y música de Hans Zimmer, llega a cartelera. “Casi divas”, que tiene el acierto de colocar a Julio Bracho en el papel protagónico, acompañado de Paty Llaca y Maya Zapata, se vuelve otro referente de la comedia contemporánea mexicana.
“Casi divas” nos cuenta la forma en que un grupo de Mujeres compiten por papeles en un filme de gran presupuesto y una diva intenta arruinar sus esfuerzos.
Para 2013 llegan dos piezas clave de la comedia mexicana de nuestra época, la primera por méritos propios, dirigida por Gary Alazraki, “Nosotros los nobles”, deja una tremenda huella en el cine mexicano, rompiendo récord de taquilla y retratando el mundo de los mirreyes.
El argumento aparentemente muy sencillo, da mucha tela de donde cortar, cuando tres jóvenes de clase acomodada y sumamente apapachados son obligados a trabajar, por la falta de acceso al dinero familiar, ahí se desatan una serie de enredos que permiten al espectador pasar un rato muy agradable.
Protagonizada de muy buena forma por Gonzalo Vega, Luis Gerardo Méndez, Karla Souza y Juan Pablo Gil, el filme fue todo un suceso.
La otra cinta de 2013, que recibió un tremendo apoyo en materia de mercadotecnia por parte de Televisa y prácticamente todos los medios de comunicación fue “No se aceptan devoluciones”, protagonizada, co-escrita y dirigida por Eugenio Derbez.
Un acapulqueño mujeriego e irresponsable se encuentra con una hija que no conocía y tiene que madurar para sacarla adelante. El filme cómico, con tintes de melancolía, termina por ser predecible y poco contundente, sin embargo, gracias a toda esa publicidad mediática logró recaudar en su exhibición por México y Estados Unidos más de 100 millones de dólares.
Es cierto que faltan muchas cintas y muchos directores de comedia mexicanos de la época que hoy vivimos, sin embargo, esta es la muestra representativa que quise mostrarles, para observar que el cine mexicano de comedia, se encuentra más vivo que nunca.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o sígame en mis redes sociales @Cinemagrafo04 o CinematografoCeroCuatro en Facebook.
[1] González, C. (2006). Las rutas del cine mexicano contemporáneo, 1990-2006. México: Editorial Landucci, Conaculta/Imcine
[2] Marimón, J. (2014). El montaje cinematográfico. Del guion a la pantalla. México: Centro de Capacitación Cinematográfica A.C.
[3] Guzmán, R. (2017). Relatos de amor. México: Saxo Publish