Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Debo anteceder a cualquier juicio de valor que a continuación voy a emitir que soy prácticamente un enemigo a muerte de la comedia romántica, que no disfruto la cursilería en la pantalla grande, los chistes gastados y bobos que usualmente se manejan, pero sobre todo, cuando se considera el trabajo de actores que han sido reconocidos por su capacidad de transmitir emociones, como el protagonista de “Luna de miel en familia” (Blended), Adam Sandler.
Las comedias ligeras, casi siempre tienen un final esperado, en el que toda situación juega en contra del orden común de las cosas, en el que prácticamente por mandato divino, todo se soluciona y el desenlace resulta poco menos que atractivo, aunque eso sí, lleno de mucha melcocha y con el tradicional “vivieron felices por siempre”.
Así pues, luego la extensa introducción, he de decir que la cinta que hoy me compete comentar, no se sale en nada de estos esquemas rígidos que ya mencioné. Es más, los sigue al pie de la letra. Tal parece que la estructura argumental no tiene mucha creatividad modificativa que digamos, pero en resumen, el motivo es muy sencillo: “Luna de miel en familia” es una comedia romántica.
Ese repertorio de defectos, es el resultado de la dirección del cineasta estadounidense Frank Coraci (La vuelta al mundo en 80 días), quien tiene la virtud de hacer más gustosa la película para quienes no amamos mucho el género, poniéndonos en medio de una serie de planos abiertos llenos de naturaleza, que si bien forman parte de los clichés gráficos que pudieran parecer divertidos, ayudan a aligerar la carga visual de cada secuencia.
Hablando de nuevo del trabajo histriónico, el reunir a Drew Barrymore con Adam Sandler, eso sí que fue un acierto mayúsculo para el director norteamericano, pues la química que transmiten estos dos en pantalla se refleja en el resultado final del filme. No, no mejoran la película, sin embargo, acercan al espectador renuente –como su servidor- a centrarse en los personajes clave de un accidentado viaje a Sudáfrica.
En resumen, la cinta puede resultar un poco pesada a los amantes del drama y géneros similares, aunque para los fanáticos de la comedia ligera, que en los últimos años llegan a manos llenas a nuestro país, será todo un deleite de 117 minutos.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias, escríbame al correo electrónico [email protected] o ingrese al sitio web www.inter-medios.jimdo.com