Los Ariel y el cine que México necesita

logo columna cinePor Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.

Cada año encontramos buenas y malas noticias en la entrega que hace la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) de las estatuillas Ariel, y la 56 edición, no estuvo exenta de ello.

El Palacio de Bellas Artes fue el marco en el que “La Jaula de Oro” de Diego Quemada-Diez, obtuviera nueve premios de los 14 a los que estaba nominada, reconocimientos más que merecidos.

Otros que se llevaron las palmas fueron los actores de la misma cinta, Brandon López y Rodolfo Domínguez, quienes ganaron en Mejor Actor y Mejor Coactuación Masculina respectivamente y cuyo espacio fue aprovechado por el histrión chiapaneco para lanzar un discurso en su lengua materna, el tzotzil: “Un saludo a todos los chiapanecos y un saludo a los que le echaron la mano a la película” (la buena).

Pero por encima de estos premios, me parece relevante destacar la labor de un alumno destacado del gran Carlos Reygadas, quien también se asumió aprendiz de Arturo Ripstein. Me refiero a Amat Escalante, quien recibió el premio a Mejor Director por su película “Heli”, que de lo realista que resulta, más que disfrutarla, se sufre al verla.

El cine que México necesita

Y es que ese cine realista, el que nos hace sufrir, pero amar al séptimo arte, es el cine que nuestro país requiere para crecer, para sacar el sentido nacionalista de los mexicanos, para extraer las consecuencias de sus decisiones buenas o malas en procesos electorales o simplemente, para retratar sus tradiciones y fiestas patronales y poderlas exhibir.

El cine es la gran ventana que puede ayudarnos a recuperar la grandeza que en algún momento tuvo nuestra “industria cinematográfica”. El hecho de que un español realice una cinta en nuestro país y reciba trato especial de parte del Instituto Mexicano de Cinematografía, para su producto final, no oculta la real situación de nuestro IMCINE, cuyos mejores resultados, dejan mucho que desear en muchos sentidos, sobre todo, en el apoyo a proyectos independientes, de colectivos y casas de cultura, escuelas de barrios, etcétera (la mala).

Los Ariel son pues, un buen momento para marcar el punto de partida, que permita, con sus limitantes presupuestales, generar nuevos proyectos para incentivar el crecimiento de nuestro amado cine mexicano.

Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias, escríbame al correo electrónico [email protected] o ingrese al sitio web www.inter-medios.jimdo.com

 

 

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