Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa Qué fácil es convertir en añicos un argumento solvente y con tintes de conflicto urbano de buena hechura, para transformarlo en una evidencia de que las comedias mexicanas de gran presupuesto (casi todas) son poco menos que predecibles, llenas de clichés y melosas en extremo. Las necesidades el público cinéfilo mexicano, rebasan y con mucho las pretensiones narrativas que nos quiere mostrar Pedro Pablo Ibarra, mejor conocido como Pitipol en “A la mala”. El filme narra la historia de María Laura (Mala…
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