Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa. Casi siempre que hablo de una secuela me cuesta mucho dejar de lado el cliché que dice “segundas partes nunca fueron buenas” y es que tengo la mala fortuna de presenciar cintas que le dan valor a la frase anterior. “Sin City 2: A dame to kill for” me parece una muestra de ello, debido a que tiene una falta de emotividad que va en contra de la identidad cinematográfica de sus dos directores, Robert Rodriguez y Frank Miller, quienes se caracterizan…
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