Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Presentada con gran éxito en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2016, “Batallas íntimas” de la cineasta mexicana Lucía Gajá -ganadora del premio de Derechos Humanos en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) con “Mi Vida Adentro” (2007)- retrata cinco historias en países tan disímbolos uno de otro, como España, Estados Unidos, Finlandia, India y México, pero que se unifican en la funesta práctica de la violencia contra la mujer.
El filme, cuyo contexto grandilocuente es la delicada e intimista fotografía de Marc Bellver, llena de contrastes luminosos y sobras dramáticas, nos deja ver una serie de testimonios crudos y desgarradores, que más allá de invitar a la reflexión, en primera instancia incitan al repudio de la violencia.
La directora mexicana, al mismo tiempo que permitir que sus personajes salgan de las cenizas como el ave fénix a través de la narración de sus historias, involucra a los espacios antagónicos en donde habitan para darle una resignificación a su condición de violentadas por sus parejas.
El guion, también propiedad de Lucía Gajá, permite un tránsito dinámico entre las diversas historias personales y le aporta un ritmo que va de interesante a intenso a la edición.
Por las necesidades del documental, la narrativa me lleva a recordar el filme “Al otro lado” (2005) de Gustavo Loza, con historias en países diferentes, que se unen por sus efectos. En el caso de “Batallas íntimas”, el color de piel, las creencias religiosas, las normas sociales tan distantes unas de otras, no impiden que las mujeres, protagonistas del filme, se mantengan cercanas.
El espectador concluye el filme con un toque amargo aunque esperanzador, al observar cómo se resuelven las historias de cada protagonista, pero se queda la inquietud de esa semilla de violencia de género que nos quiere mostrar la directora y de la que no podemos tomar distancia, porque vemos casos similares todos los días en la televisión, en los diarios, en las redes sociales y hasta en los espacios donde convivimos de manera cotidiana.
Una cinta sumamente recomendable, que requiere de un poco de empatía para sufrirse, pero también para volvernos conscientes de este problema social que nos aqueja en todo el mundo, la violencia de género.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame a [email protected] o ingrese a www.facebook.com/CinematografoCeroCuatro/