Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
‘La necesidad hace al maestro’, esa premisa podría describir de manera muy adecuada la filosofía de la cinta “Capitán Phillips” (Estados Unidos, 2013), pues en lo más recóndito de sus sentimientos, el protagónico del filme demuestra que las situaciones extremas puedes extraer de una persona, su instinto animal o su creatividad e inteligencia.
En este buen drama, que tiene lugar sobre las olas del mar, a bordo de un buque carguero, el cineasta inglés Paul Greengrass, estiliza a un capitán de barco común y corriente, para convertirlo en una especie de héroe que resuelve un conflicto con tenacidad, paciencia y un poco de fuerza.
La cinta, se enfoca en el momento en el que un grupo de piratas somalíes –modernos-, toman por la fuerza las riendas del buque carguero a cargo del “Capitán Phillips”, magistralmente personificado por Tom Hanks, de quien es justo comentar, a lo largo del tiempo ha pasado de ser un buen actor a un histrión espectacular, asumiendo las personalidades de cada papel que le asignan y en este caso, transformándose en un tipo recio y serio, cuya principal cualidad es la observación detallada.
Barkhad Abdi (Muse), Barkhad Abdirahman (Bilal), Faysal Ahmed (Najee) y Mahat M. Ali (Elmi), cumplen también un papel destacado como antagónicos, en particular, su líder, Muse, nos enseña la cara de lo que podría ser un pirata somalí, ante lo cual, cabe una mención especial, para estos actores desconocidos por completo para el mundo hollywoodense.
Un asunto que resulta digno de destacar, entre tantas manifestaciones de tensión dramática que se viven a lo largo de sus 113 minutos, es el poco sentimentalismo que presenta, pues todo el argumento se desarrolla en un marco de rudeza y en determinados momentos hasta crudeza emocional, que no permiten la lágrima, hasta el final, el protagonista enseña su corazón.
Nada predecible, pues cada minuto que pasa, uno espera que suceda algo bueno, algo que cambie las cosas para bien de la tripulación del buque Alabama, sin que los resultados sean los óptimos y sin poder distraer nuestra atención de la pantalla.
En resumidas cuentas, una película simplemente espectacular, de la cual no tendrá queja al salir de la sala, pues lo mantendrá pegado a su butaca, en otras palabras, una película sumamente recomendable.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias, escríbame al correo electrónico [email protected] o ingrese al sitio web www.inter-medios.jimdo.com