Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Sin lugar a dudas, la vida es lo más preciado que existe en este mundo, por encima de fortunas o sueños, de pasiones o amores, de protagonismo o intimidad y justo, esa es la idea primordial que nos transmite en su filme “Desierto”, el heredero de la dinastía Cuarón, Jonás (Año uña, 2007), hijo de Alfonso, ganador del Oscar por “Gravity”, hace muy poco.
El filme, protagonizado por un destacadísimo Gael García Bernal, nos narra la historia de un grupo de migrantes que son abandonados a su suerte en el desierto, por el pollero que los estaba guiando. En el agreste ambiente son descubiertos por Sam (Jeffrey Dean Morgan), un fundamentalista estadounidense que busca defender su territorio y decide liquidar a cada uno de los caminantes.
El personaje de Gael, llamado Moisés, es un migrante que a costa de todo busca conservar su único tesoro: la vida. Acompañado por un puñado de personas, comienzan a personificar el rol de perseguidos, huyendo del enajenado personaje estadounidense que pretende asesinarlos, todo el tiempo con arma en mano.
El guión de Mateo García, tiene un toque de western y película de acción al mismo tiempo, pasando de un recorrido cadencioso muy breve al principio del filme a una persecución constante, elementos que mantienen al espectador al filo de la butaca.
A pesar de que aparecen a cuadro bastantes personajes, el argumento nos lleva de la mano a enfocarnos principalmente en los dos antes mencionados, poniéndonos en contra y haciéndonos aborrecer a Sam el cazador por su actitud y persistencia y, llevándonos del lado del latino, que busca prácticamente siempre pasar desapercibido.
El tema de la migración y la violación de los derechos humanos son asumidos por Jonás Cuarón como un estandarte de lucha, poniendo una vez más, la discusión sobre el tema de la frontera norte, aunque con ello, nos obliga a reflexionar en nuestra frontera sur.
Indudablemente un filme recomendable que no debe dejar de ver, incluso puede ser un argumento aleccionador para adolescentes y un buen tema de debate con la familia o amigos.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected]