Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
No cabe duda que el cineasta mexicano, Gustavo Loza, se ha convertido en un director plural y multifacético, que lo mismo concreta proyectos de publicidad para empresas refresqueras como “Atlético San Pancho”, que cintas serias y de gran calidad narrativa y visual como “Al otro lado” o bien series cómicas de televisión que han llegado al gusto del público como “Los héroes del Norte”, aunque este fin de semana se estrena en los cines de nuestro país una cinta suya, diferente a los ejemplos que hemos mencionado, llamada “¿Qué culpa tiene el niño?”.
A simple vista es otra comedia boba que llega para cumplir los deseos de los fanáticos del cine palomero, sin embargo, va más allá de este simple concepto. En primer término es una especie de copia fiel de un filme hollywoodense del 2007 llamado “Ligeramente embarazada” dirigido por Judd Apatow, cuya trascendencia fue prácticamente nula.
El filme mexicano supera fácilmente al frívolo largometraje estadounidense, principalmente, por el ambiente jocoso que le imprimen sus protagonistas, Biassini Segura, Ricardo Abarca y Karla Souza, quienes prácticamente nos obligan a soltar algunas carcajadas con su buen trabajo histriónico.
El argumento es muy básico pero al final de cuentas efectivo y, narra la historia de dos jóvenes holgazanes, El Cadáver y Renato, quienes consiguen colarse a una boda en la playa atraídos por la bebida gratis, buscando convivir con mujeres, entre las que se encuentra Maru, interpretada por la bella Karla Souza, que se encuentra decepcionada por un amor. Luego de una tremenda borrachera, la chica despierta en un cuarto de hotel y se da cuenta que durmió con un hombre. Días después se percata que está embarazada.
Podría parecer un argumento gastado, quizá sin sentido, sin embrago la pericia de Gustavo Loza permiten que la cinta salga a flote, anteponiendo a la reiterada historia del embarazo no deseado un conflicto de clases, que es acentuado con un vocabulario que por momentos invade los diálogos de los personajes para sacarnos más y más sonrisas.
En resumidas cuentas, un filme interesante sin alcanzar los niveles de películas anteriores dirigidas por el propio Gustavo Loza al final, es resulta recomendable para casi todo público.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected]