Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Existen papeles complejos por la cantidad de parlamentos que un actor debe retener, pero existen otros más complicados por el personaje en el que el actor se debe transformar durante su filmación. Este es el caso de “Yo” (Raúl Silva Gómez), un adulto con pensamientos de niño, o mejor dicho, un niño encerrado en el cuerpo de un adulto.
La cinta dirigida por Matías Meyer (el mismo que debutara como cineasta con “Los últimos cristeros en 2013), se adentra en un mundo complejo en sí mismo, sumergiéndose en la problemática de las personas con capacidades diferentes, vistas desde la óptica de la familia.
El argumento se centra en la vida de Yo, quien a pesar de su apariencia de adulto, dice tener quince años. Él trabaja con su madre en su restaurante que se encuentra a un costado de la autopista. A pesar de que adora a su madre, no está de acuerdo con la pareja de ella, un tipo que gran parte del tiempo le muestra repudio en un grado importante. En un momento de su existencia conoce a Elena (Elizabeth Mendoza), una pequeña de once años que llega a cambiar su mundo.
La película es fuerte por los elementos de discriminación que describe y precisamente por eso nos lleva en línea recta a la reflexión, provocando en el espectador efectos variados pero constantes.
Cabe recordar que el largometraje “Yo”, es el resultado de un trabajo previo intenso, pues proviene de un cuento del escritor francés Jean-Marie Gustave Le Clézio, que al materializarlo en guión, Matías Meyer recibió el apoyo de Festival Internacional de Cine de Rotterdam y posteriormente del Eficine.
Es pues un filme que vale la pena ver, no solo por los galardones que ha obtenido como el Premio a la Mejor Película del Festival Internacional de Cine de Morelia, sino por el gran contenido temático, la propuesta visual y el abrumante ritmo que nos incita a la emoción, para bien o para mal.
En lo personal es una película que asistiría a ver con mis alumnos, en un tono meramente formativo, con el propósito de medir sus reacciones en particular en el tema de la discriminación a personas con capacidades diferentes.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o regístrese en el grupo www.facebook.com/CinematografoCeroCuatro/