Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Hace mucho que un filme no me decepcionaba tanto como la cinta que se autodefine como “terror sicológico de amor y muerte”, la recién estrenada “Dame tus ojos”, tercer largometraje del director José Luis Gutiérrez Arias, cuya filmación nos remite al 2009, año en el que aún se llamaba “Abril y Mayo”.
La cinta, es un híbrido mal llevado, por no decir un bodrio -palabra que verdaderamente la definiría-, pues el trabajo guionístico, de dirección, histriónico, de efectos y hasta de algunas locaciones, parece perderse en la mediocridad, al grado de que por momentos, nos hace recordar ese cine tétrico en el que aparecían personajes como Pedrito Fernández y Tatiana combatiendo a los espíritus malignos en “Vacaciones de Terror”, película que me vino a la mente, al salir de la sala.
A grandes rasgos, el filme retrata a dos chavas pueblerinas, que hablan como citadinas de barrio populachero y que se dedican a asesinar, bueno, una de ellas, situación que al final le hará soltar una carcajada, por el vuelco, a todas luces forzado, que esto provocará.
Pero las deficiencias no concluyen ahí, pues la moda del cine gore, empapa a los aventurados productores y director de la cinta, quienes incluyen a lo largo de sus 87 minutos, secuencias donde muestra de manera muy rudimentaria, imágenes de cortes de piel y mucha sangre, queriendo con ello atraer a un público ávido de sangre, que pudiera estar cautivo, aunque para ser honestos, consiguen un resultado poco alentador, que seguramente dará al traste con la taquilla.
Un aspecto llamó mi atención, por sobre manera, es la aparición de una periodista española sin escrúpulos, investigando a dos chicas criminales mexicanas, en la región de Jalisco, situación que a todas luces, no cuadra, aunque haciendo memoria, se puede integrar como parte de ese Frankenstein cinematográfico que llamaron “Dame tus ojos”.
Las chicas, Abril, interpretada por Miriana Moro, la hija de un senador, a quien le llaman la atención los asesinatos y el mundo de la sangre, y Mayo, personaje llevado a la pantalla por Paula Luckie, una joven con síntomas de esquizofrenia, parecen mostrar un mundo inexistente, sin los ganchos necesarios de realidad y veracidad, que toda película debe mostrar.
Por todo esto, no soy de los promotores de todo nuestro cine mexicano. Películas como está, le quitan la credibilidad al buen cine nacional. En suma, es una película muy poco recomendable.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias, escríbame al correo electrónico [email protected] o ingrese al sitio web www.inter-medios.jimdo.com