CDMX.- El Gobierno de la Ciudad de México desarrolla siete Proyectos Estratégicos para optimizar el flujo de agua en los canales de la zona chinampera y reactivar las zonas de producción agrícola en la CDMX, con el propósito de atender mejor la demanda de alimentos y al mismo tiempo proteger los ecosistemas y el medio ambiente del suelo rural y de conservación de la capital del país.
Así lo aseguró el Secretario de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades, (Sederec), Hegel Cortés Miranda, durante la presentación del libro La alimentación y la cocina serrana y chinampera de Milpa Alta y Xochimilco.
Explicó que para el año 2050 las principales ciudades del mundo requerirán el doble de alimentos que hoy consumen para subsistir, por lo que es importante desarrollar obras de infraestructura que mejoren la calidad del agua y que reactiven la producción de alimentos en las milpas y chinampas con el propósito de dar pasos firmes hacia la seguridad alimentaria.
Acompañado por el historiador e investigador, Alfredo López Austin; la escritora Ángeles González Gamio y los cronistas de Milpa Alta y Xochimilco, Luis Gutiérrez Romero y Rodolfo Cordero López, respectivamente, el funcionario local agregó que la preservación de la gastronomía prehispánica, la cultura, tradiciones y las especies endémicas de las zonas rurales, como el ajolote, son una prioridad para el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
El reto es construir la seguridad alimentaria en la CDMX, a partir de este esquema de la milpa, de la terraza y de la chinampa, pero para ello también es importante mantener y preservar la identidad de los 143 pueblos y 171 barrios, así como de las 55 comunidades indígenas residentes en la ciudad.
Hegel Cortés explicó que con una inversión poco mayor a los 20 millones de pesos, estos trabajos evitarán inundaciones y fuga de agua tratada en tiempos de estiaje; se mantendrán los tirantes de líquido en los canales y lagunas y se establecerán diferentes niveles de operación en los caudales, permitiendo la navegación y disponibilidad de agua para las actividades agrícolas.
“Es decir, para la producción de alimentos y que esta tradición gastronómica Patrimonio de la Humanidad continúe heredándose a sus hijos y a sus nietos y nunca desaparezca”, apuntó.
En la presentación del libro, el titular de la Sederec señaló que la gastronomía prehispánica no sólo ha tenido que ver con la producción de alimentos, sino que ha coadyuvado de manera fundamental a la preservación del suelo rural y de conservación de la Ciudad de México, del medio ambiente y el Cambio Climático, es decir, salvaguardan la viabilidad de la urbe misma, acotó.
Destacó que la preservación de la cultura y tradiciones de la CDMX, entre las que se encuentra la gastronomía prehispánica no sólo tienen que ver con una identidad como mexicanos, sino con una cultura de la buena alimentación para combatir enfermedades como la obesidad y la diabetes que aquejan a la población infantil y adulta.
Por su parte, el historiador e investigador, Alfredo López Austin, no sólo resaltó lo “delicioso” del contenido del libro, sino que coincidió con Hegel Cortés en la importancia por la preservación de las especies endémicas de la zona lacustre de Xochimilco, como el ajolote, que está en peligro de extinción.
Señaló que se necesita trabajar mucho en las aguas de Xochimilco para que puedan tener capacidad nuevamente de recibir esta especie endémica y exclusiva de los lagos centrales, pues al ya no contar con el Lago de Texcoco o el de Chalco para su alojamiento, sólo queda Xochimilco para que el ajolote pueda progresar.
“Esto lo digo porque podemos tomar a este animal como a un símbolo que nos obliga a tener conciencia de nuestras obligaciones, porque si queremos conservar nuestra propia condición de nación, tenemos la obligación de conservar nuestro medio ambiente, tenemos la obligación de conservar nuestros bienes que son base de nuestra tradición”, expresó.
En su oportunidad, Ángeles González Gamio, destacó la importancia de la cocina prehispánica, Patrimonio de la Humanidad, al asegurar que esta actividad gastronómica ancestral ha coadyuvado de manera fundamental a la preservación de nuestra identidad, pues promueve la unión familiar y fortalece los lazos comunitarios.
Al dirigirse a integrantes de comunidades nahuas, otomíes y mazahuas que se dieron cita en el Museo de la Ciudad de México para la presentación del libro dijo que la comida prehispánica de México es más rica en ingredientes, preparación y significado que cualquier platillo en Europa, porque “habla de generosidad, de amor y de lazos. Es un modelo de México para el mundo todo eso que ustedes tienen. Por eso es importante este texto porque habla de una historia, pero de una historia presente”.
Por último, los cronistas e investigadores de Milpa Alta y Xochimilco, Luis Gutiérrez Romero y Rodolfo Cordero López, coincidieron en señalar que el sur de la ciudad es una zona privilegiada, pues tiene condiciones geográficas, históricas, lingüísticas y culturales excepcionales, donde la alimentación influye en la longevidad de sus pobladores, por lo que es necesario preservarla.
Además coincidieron en la importancia de una buena alimentación para los niños y los adultos a través de esta cocina prehispánica, pues actualmente muchas personas se alimentan con comida rápida o comida chatarra.
“Debemos regresar al huauzontle, a los quelites, los quintoniles, al maíz no transgénico, a las espinacas, acelgas, nabos, rabanitos, verdolagas, zanahorias, betabeles, coliflores, lechugas, cilantro, epazote, perejil, romeritos. Debemos regresar a los metates y molcajetes para la molienda y la preparación de los alimentos”, expresaron.
A la presentación del libro acudieron alumnos del Claustro de Sor Juana, cronistas de la CDMX, pintores y poetas de Xochimilco; productores y artesanos de La Ruta del Nopal, maestros de la Academia del Náhuatl de Santa Ana Tlacotenco y maestros historiadores.