Por Héctor Trejo S. Columnista de Radiografía Informativa.
Para quienes todavía sentimos la emoción de ver las nuevas cintas de nuestros directores favoritos, cuando llega el momento del estreno ansiado, no queda más que hablar de ellas. Hoy me atañe el filme del maestro Jean-Luc Godard, “El libro de las imágenes” (‘Le Livre d’image’).
Comencemos por explicar una peculiaridad-complejidad del cine de Godard que se debe tener en cuenta cuando nos metemos en su mundo fílmico. Se trata de todo aquello que ha generado el francés en materia de teoría cinematográfica, de historia del cine, en particular sobre el cine de autor, que nos permitirá ubicar su nueva cinta -y todas las demás- en un ambiente necesario, es decir, no busca con ello generar una postura antipática ni mucho menos, por el contrario, “El libro de las imágenes” busca hacernos partícipes de la lógica narrativa del director.
El filme se divide en 5 partes, todos con temas diferentes, aunque una característica de cada sección del largometraje, es que utiliza, como su nombre lo indica, imágenes en movimiento, de otras cintas, para realizar analogías y para construir un relato que no deja de lado la crítica política y el análisis de los métodos invasivos y de colonización, aún en nuestros días.
Godard se explica a sí mismo, la necesidad de relación de diferentes filmes, consiguiendo una especie de reflexión muy personalizada, convertida en imágenes, que a más de uno le va a costar trabajo mantener la atención hasta el final del largometraje, pues es preciso comentar que no es una película fácil.
Se dice que el filme era un mero ejercicio narrativo elaborado por Godard para cumplir con algunas necesidades de investigación personal sobre los efectos del séptimo arte en los públicos, sin embargo, alguien tuvo la oportunidad de verlo y vinculo el trabajo con el Festival de Cannes, donde recibió una Palma de Oro especial por su exhibición.
Una cinta compleja, pero ilustrativa, que pudiera pensarse como bien lo tituló Godard, un libro audiovisual, lleno de teoría y aplicaciones metodológicas, que al final de cuentas, cumple con la máxima del entretenimiento. Desde mi particular opinión es una filme recomendable para aprovechar el periodo vacacional de las escuelas.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o sígame en mis redes sociales “CinematografoCeroCuatro” en Facebook y “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.