Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Hay historias que por sí solas se vuelven interesantes, aun sabiendo lo ridículas que en su momento resultaron, característica de la que solo algunos cuantos directores pueden presumir y José Manuel Craviotto nos deja claro con “El más buscado: la leyenda del charro misterioso” que tiene la capacidad de resucitar mitos.
Y es que retomar a un personaje del calibre de Alfredo Ríos Galeana, el ladrón de bancos que durante 25 años tuvo de cabeza a la policía mexicana, no era una labor nada sencilla, menos aun considerando el escaso presupuesto con el que contaba la cinta para llegar a buen término.
El director, echó mano de un prodigio de la actuación, que ha ido subiendo de a poco, los escalones de la escalera del éxito cinematográfico. Me refiero a Tenoch Huerta (mejor actor en los Ariel 2012, por “Días de gracia”) quien le aporta a este largometraje el carisma y sensibilidad que le hacía falta, tomando en cuenta que el personaje que debía emular tenía esas cualidades también.
Al lado de Paola Núñez se convierten -como su papel lo indica- en una suerte de Bonnie y Clyde mexicanos, dejando al público sorprendido por el recuento de situaciones peligrosas que tienen a bien consumar, pero sobre todo, por develar el mundo surreal en el que se unían el hampa y la policía en los años ochenta.
Comenzando con una secuencia fantástica en slow, donde nos muestran la detención de un Ríos Galeana sereno, viviendo en los Estados Unidos, rodeado de policías y puesto en custodia cual multi homicida sanguinario dentro de un helicóptero, la cinta nos va contando de manera detallada desde el momento en que el personaje toma el camino de la delincuencia hasta el día en que termina preso de manera definitiva.
En términos generales es una cinta sumamente recomendable, que le hará pasar un buen rato. Para los más jóvenes los llevará al mundo en el que vivió la corrupción de la mano de un ladrón-cantante y para quienes ya lo conocíamos, nos hará revivir el tormento que pasaron las autoridades para detenerlo y luego verlo fugarse de prisión, todo ello retratado por los medios de comunicación de la época.
Basta decir que no se arrepentirá de verla.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected]