El narcotráfico visto por el cine mexicano

Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.

En México, el cine de narcotráfico está presente desde la década de los ochenta, cuando los propios narcotraficantes comenzaron a financiar películas, usualmente videohomes en los cuales los principales protagonistas eran ellos mismos. Mucho antes, en 1927, ya había aparecido el primer filme que tocaba el problema de las drogas y nos narcotraficantes en México, me refiero a “El puño de hierro”, cinta silente cuyo guion y dirección corrió a cargo de Gabriel García Moreno.

“El argumento consistía en la serie de aventuras de un joven de nombre Carlos y de su novia Laura. Carlos se introducía en el mundo de las drogas asistiendo a un “antro de vicio” e inyectándose morfina. El lugar pertenecía a un malhechor llamado el Buitre y a un traficante conocido como el Tieso. Este último (…) se estrenó en Orizaba el 21 de mayo de 1927, inspirada principalmente en las tendencias cinematográficas hollywoodenses de moda en ese momento”[1].

La cinta fue protagonizada por Carlos Villatoro, Lupita Bonilla Manolo de los Ríos y Octavio Valencia y funge como la puerta del cine de narcotráfico en nuestra industria cinematográfica. Fue recientemente restaurada por la Filmoteca de la UNAM para deleite de los cinéfilos.

El cine al final de cuentas es una ventanita por donde se asoma la realidad, para dejar que miren sus entrañas y en sus entrañas miramos el narcotráfico, que de igual formas nutre las páginas de los medios de comunicación.

Los largometrajes buscaban legitimar las acciones de los narcos, convirtiéndolos en los héroes de la sociedad mexicana, situación que retrata de manera muy clara el director israelí (quien en realidad se dedica al fotoperiodismo), Shaul Schwarz en su documental “Narco Cultura” (2013)

Schwarz indaga en su documental, cómo es que la cultura del narcotráfico y el llamado movimiento alterado de narcocorridos han llegado a trascender, desde su origen en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, hasta llegar a centros comerciales, incluso de Estados Unidos, por lo que la periodista de la revista Proceso, Columba Vértiz, considera que “el diagnóstico (…) es de tristeza y desaliento”[2].

Pero el registro de filmes sobre los cárteles de la droga, los narcotraficantes a manera de biografías y hasta el modelo de negocios que utilizan es bastante nutrida, sin embargo enlistaremos las cintas más representativas, actuales y trascendentes, para evitar extendernos en el tema. Comenzaré por describir los documentales, para posteriormente retomar los filmes de ficción sobre el tema.

Así pues, encontramos en esta lista al documental “Clandestino: El Cartel de Sinaloa” (2017), el cual indaga en las operaciones y formación del grupo delincuencial, con la particularidad que su director, el español David Beriain, se involucra con los integrantes del cártel para consolidar su investigación.

Con duración de 138 minutos, “Clandestino” se convierte en una serie de tres entregas que indagan en el grupo delictivo desde su raíz. Cabe mencionar que el nombre del documental, también ha sido asignado por su director a otras como “Clandestino: exterminio de maras” o “Clandestino: saqueadores de tumbas”.

“Tierra de Cárteles” (Cartel Land), es el siguiente documental en este recuento. Cinta dirigida por el estadounidense, Matthew Heineman, nos ofrece una visión natural del doctor José Manuel Mireles, líder de los grupos que decidieron defenderse de los cárteles que los rodeaban en Michoacán, denominados “Autodefensas”.

El documental que data de 2015, comienza con las entrevistas y seguimiento al doctor Mireles, hasta su detención por ex miembros de las autodefensas, reclutados por el Gobierno Federal y deja un terrible sabor de boca por ese retrato de la corrupción que evidencia complejos intereses.

El italiano, Federico Mastrogiovanni presenta el otro documental del que hablaré: “Ni vivos ni muertos” (2014). Este documental, se enfoca en analizar el trasfondo de las desapariciones forzadas, en apariencia hechas por los cárteles, que según él, buscan infundir el temor en los manifestantes sociales.

Cabe destacar que el contenido del documental aparece también en un libro homónimo, que publicó con la editorial Grijalbo, donde se puede encontrar a detalle el análisis que el cineasta mediterráneo hace en su documental.

El cine de ficción también ha retratado a los cárteles, a los narcos y su subcultura y sin lugar a dudas, el filme que más se recuerda al respecto es una comedia negra dirigida por Luis Estrada llamada “El Infierno” (2010), parte de la trilogía integrada por “La ley de Herodes” (1999) y “Un mundo maravilloso” (2006), todas estelarizadas de gran manera por el fabuloso Damián Alcázar.

“El Infierno”, captura el regreso de Benjamín, mejor conocido como El Benny, quien llega deportado de los Estados Unidos a su tierra natal, al norte del país, ahí se encuentra que las cosas han cambiado radicalmente y se ve inmiscuido con un cártel de drogas, al que ya pertenecen prácticamente todos sus conocidos y amigos y que por subsistir decide también formar parte de él.

En un tono más serio aunque igualmente preocupante, aparece en 2011 la cinta “Miss Bala”, dirigida por el mexicano Gerardo Naranjo y protagonizada por Stephanie Sigman, Irene Azuela y Noé Hernández. Este largometraje fue seleccionado para representar a México en la 84 entrega de los Oscar y participar en la categoría a Mejor Película Extranjera.

El filme, narra un pasaje de la vida de una chica que decide participar en un certamen de belleza, aunque ni su talento ni sus recursos dan para ganarlo. Ayudada por un narco, consigue ganar el certamen, aún en contra de todos los pronósticos, pero es utilizada por los maleantes para cubrir sus fechorías y termina en la calle y sola.

Según relata Arturo Santamaría en su libro Las jefas del narco, “La historia fue retomada del caso Miss Sinaloa 2008, Laura Elena Zúñiga (Miss Narco); el personaje se desenvuelve en dos mundos: con un pie en los concursos de belleza, como agitada reina (Miss Baja California), y metida en el infierno como amante obligada de una narco perseguido por la DEA”[3].

 

Por último, es preciso comentar sobre la cinta del director mexicano, Amat Escalante, “Heli”, estrenada en 2013 y que representara a México en la LXVI edición del Festival de Cine de Cannes, el más importante del mundo, donde consiguió el premio a Mejor Director.

El largometraje protagonizado por Armando Espitia y Linda González Hernández, narra la historia de un joven que vive en Guanajuato, “Heli (Armando Espitia) trabaja como obrero (…) vive con su esposa y bebé de apenas unos meses, además de su padre y hermana adolescente, cuyo novio aspira a convertirse en militar antidrogas. La ambición del cadete le hace traicionar a sus superiores al robar un paquete de droga decomisada, que termina ocultando en el hogar de su novia. La situación desencadena una serie de hechos…”[4]

Así pues, el narcotráfico es una cascada que salpica a nuestra sociedad cada vez más, está cada día más presente en nuestras vidas, pues ya no solo es en los medios donde lo vemos, escuchamos o leemos, en el cine y en la vida cotidiana, interactuamos pensando en ella y sus efectos. El cine es apenas una ventana donde podemos mirarla, usando los ojos de los directores para entender su postura.

[1] Pérez Monfort, R. (2016). Tolerancia y Prohibición. Aproximaciones  a la historia social y cultural de las drogas en México 1840-1940. México: Penguin Random House Grupo Editorial.

[2] Vértiz, C. (Agosto 15, 2013). “Narco cultura”, el documental. Proceso, IV, 19.

[3] Santamaría, A. (2012). Las jefas del narco: El ascenso de las mujeres en el crimen organizado. México: Editorial Grijalbo.

[4] Sedeño, A. (2015). Panorama del cine iberoamericano en un contexto global. Historias comunes, propuestas, futuro. Madrid: Editorial Dykinson

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