Por Héctor Trejo S. Columnista de Radiografía Informativa.
Comúnmente las tradiciones de las diversas comunidades indígenas del país suelen pasar desapercibidas para quienes estamos distantes de ellas. Cuando ese mundo místico se entremezcla con la cotidianeidad urbana de la sociedad mexicana, se consigue una historia compleja pero a todas luces divertida. Eso y mucho más es “El sueño del Mara’akame”.
La ópera prima de Federico Cecchetti, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, cinta reconocida en la 14ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, es más que una simple cinta de ficción, pues recaba momentos rituales y la relación de la cultura huichol con el mundo del espectáculo, entrando por la puerta de la música.
Al más puro estilo del trabajo del cineasta veracruzano Ricardo Benet (“Noticias lejanas”, 2007), “El sueño del Mara’akame” retrata la migración de un joven wixárika llamado Nieri (Luciano Bautista), que resulta ser el hijo de un chamán que lo concibe como un elegido para mantener la cosmogonía de su pueblo como sanador, quien decido a seguir sus instintos musicales viaja a la gran Ciudad de México, donde vive un choque cultural extremo, que tarda en asimilar.
Nominándola a 12 Premios Ariel, entre los que destacan a Mejor película y Mejor director, la cinta recrea la pupila con una estética visual llena de planos abiertos en un tono postalero, retratando paisajes naturales, sin caer en una fotografía preciosista, manufactura de Iván Hernández González.
Vale la pena mencionar que además de Luciano Bautista, Adrián Carreón y Antonio Parra forman parte del elenco conformado por actores no profesionales, que cumplen con un trabajo bastante bueno, efectivo y consistente, que convence al espectador.
La historia navega entre momentos ritualistas que introducen al público en elementos que seguramente desconoce de la cultura huichol, en un tono de retrato, llevándonos junto con el protagonista, de a poco a nuestra propia realidad cotidiana.
Un filme sumamente recomendable, que le permitirá presenciar secuencias del todo extrañas para nuestro consciente colectivo citadino, todo ello con el único propósito de introducirnos en el mundo de Nieri.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o sígame en mis redes sociales “CinematografoCeroCuatro” en Facebook y “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.