Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
La necesidad del ser humano de explicar lo inexplicable, es quizá el elemento clave por el cual, el cine de terror se ha convertido en uno de los favoritos del público cinéfilo. Pocos son los ejemplos de este género, que dejan verdaderamente satisfechos a los espectadores “Huye!”, seguramente será uno de ellos por diversos factores que a continuación analizaremos.
La historia comienza en un escenario aparentemente muy común: una chica (Allison Williams) llevará a su novio (Daniel Kaluuya) a conocer a sus padres. El argumento comienza a detonar cuando miramos que la pareja es una mujer blanca y un hombre afroamericano. La visita a los familiares se torna difícil al percatarse de que suceden cosas sumamente extrañas entre los familiares blancos.
La esencia del cine de terror es la distracción y la sorpresa, es decir, poner la atención del público en un punto de la historia que le permita al director dar un giro inesperado y causar la preciada sorpresa en el espectador, característica que consigue con creces el cineasta Jordan Peele, apoyado de un guión (escrito por él mismo) digno de una cinta de gran calidad, como la que nos presenta.
La fotografía, apoyo indispensable de la narrativa, nos lleva de la luz del día con detalles boscosos y planos cordiales, a la oscuridad de la noche, plagada de colores púrpura y negro, que tienen marcados destellos de cine expresionista, todo ello en la cámara de Toby Oliver.
El final, del cual no he de contarle mucho, es simplemente memorable, pues deja a la imaginación muy de lado, poniendo de nuevo al director como el gran constructor de la pesadilla.
Al final de cuentas, la cinta resulta verdaderamente impactante, entretenida y por momentos, con detalles destacados de humor que no relajarán para nada al espectador que se encuentre al filo de la butaca, por el contrario, solo le permitirán inhalar más fuerte para soportar lo que esté por llegar.
Un filme redondo, que deja claro que un buen director puede pasar el humor al terror sin el menor problema, aunque debo recordarle que fue catalogada como B!%, es decir, para mayores de 15 años, para que no pase por momentos complicados con pequeñines en la entrada del cine.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o regístrese en www.facebook.com/CinematografoCeroCuatro/ para recibir información del séptimo arte nacional e internacional.