Por Carmen Báez, Agencia Informativa Conacyt
Ciudad de México.- En los últimos 20 años, el Campo Experimental Pabellón del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) ha realizado importantes trabajos científicos en torno al cultivo del guayabo, uno de los frutales de mayor importancia en México, considerado como el tercer productor de guayaba a nivel mundial solo después de la India y Pakistán.
Presente en prácticamente 20 estados del país, el cultivo de guayabo tiene una superficie aproximada de 21 mil hectáreas, de las cuales entre 85 y 90 por ciento corresponde a los estados de Michoacán, Aguascalientes y Zacatecas. En la actualidad, a nivel nacional se producen alrededor de 300 mil toneladas de guayaba al año y su destino principal es el mercado en fresco, destacó en entrevista el doctor en ciencias José Saúl Padilla Ramírez, investigador del INIFAP.
Padilla Ramírez señaló que, en las últimas dos décadas, en el INIFAP se han realizado diversos estudios en relación con el cultivo del guayabo, tales como control de plagas, optimización de las prácticas agronómicas de manejo de cultivo y el mejoramiento y aprovechamiento del recurso genético de esta especie.
Lo anterior ha permitido ampliar la variabilidad de tipos de guayaba en el país con un potencial de rendimiento superior. Actualmente se han desarrollado cinco variedades nuevas de este fruto: Calvillo Siglo XXI, Huejucar, Hidrozac, Caxcana y Merita, registradas en el Catálogo Nacional de Variedades Vegetales (CNVV) del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS).
“Desde hace 20 años se trabaja en el aprovechamiento del recurso genético del guayabo. En el país existe una amplia diversidad de germoplasma de guayabo, lo que representa un potencial enorme para generar nuevas variedades y aprovechar todas las características del fruto que quisiéramos: tamaños, formas, sabores, colores, en fin, una gama diversa”, comentó.
Bajo esta iniciativa y con apoyo del Sistema Nacional de Recursos Fitogenéticos (Sinarefi), durante 15 años se realizaron colectas de germoplasma de guayabo en el territorio mexicano. “Nos dimos a la tarea de iniciar un trabajo formal sobre la evaluación y caracterización del material genético y de ahí surgieron estas variedades. Los materiales pasaron por un proceso de evaluación de 10 años, desde 2000 a 2010”, explicó el investigador del INIFAP.
El especialista detalló que estas variedades con diferentes características agronómicas fueron obtenidas por el método de selección individual de huertas de la región Calvillo Cañones, una de las regiones con mayor nivel de producción de guayaba en México comprendida en los estados de Zacatecas y Aguascalientes.
Actualmente el grupo de investigación del doctor Padilla Ramírez valida estas cinco variedades de guayaba en diferentes estados del país como Michoacán, Estado de México, Nayarit y Tamaulipas, principalmente.
“Queremos conocer si en determinados ambientes estas variedades de guayaba se comportan mejor. La otra vertiente ha sido ampliar la mayor variabilidad posible en las colectas de los estados del país. Actualmente ya tenemos un banco de germoplasma que incluye diferentes genotipos que están en vías de caracterización, por lo que en un futuro no muy lejano podremos registrarlos como nuevas variedades y ofrecer al productor diferentes alternativas”, detalló.
Para el investigador del INIFAP, la importancia de este proyecto de investigación, en el que también han colaborado instituciones como la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), la Fundación Salvador Sánchez Colín y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), radica en brindar a los productores alternativas de cultivo y proteger el recurso genético de este fruto nativo de Mesoamérica.