Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Heredero de las glorias –aún vigentes- del maestro del retrato social, Carlos Reygadas, Amat Escalante ha permitido desde su primera cinta “Sangre” (2005) retratar los vicios y secretos a voces que la sociedad mexicana –y también la norteamericana- intentan ocultar o hacer poco evidentes, poniendo sobre la mesa, temas como el narcotráfico, la migración o la miseria, que le han permitido incluso, recibir el premio a mejor director en el Festival Internacional de Cine de Cannes.
La cinta que estrena esta semana, “La región salvaje” es desde mi muy particular perspectiva, la que marca un parteaguas en la carrera de Amat Escalante, que además de ganar el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia del año pasado, rompe con la línea argumental que el oriundo de Barcelona, pero de nacionalidad mexicana marcó desde su origen como cineasta.
Y es que no es fácil incorporar elementos extraños a una directriz establecida y hasta costumbrista en su trabajo. Para “La región salvaje”, Escalante adereza su filme con una aportación fuera de lo común –en su filmografía-, que moldea de manera inesperada el tan inquietante ritmo que siempre le impone a sus productos cinematográficos.
Es en síntesis un largometraje argumental y estéticamente crudo. La historia, inquietante y lastimera, nos cuenta como Alejandra y su esposo Ángel, quienes crían a sus hijos, en la provincia mexicana. A su vida llega Verónica, quien trae consigo el fuego y la pasión sexual, enmascarada por un ente que, según ella se encuentra en una cabaña cercana.
Visualmente resulta un filme perturbador y al mismo tiempo preciosista –en el mejor sentido de la palabra-, con planos muy cerrados y llenos de contraluz que inquietan al espectador, y paisajes que le permiten bajar la guardia por momentos, todo ello a cargo de Manuel Alberto Claro, de quien dice mucho haber sido uno de los cinefotógrafos de cabecera del gran Lars Von Trier.
Una cinta a todas luces recomendable, aunque no apta para los amantes del cine estruendoso y lleno de persecuciones, detonaciones o grandes peleas y efectos especiales. Seguro estoy que si tiene un poco de paciencia cuando la vea, le parecerá una gran opción cinematográfica como al jurado del Festival Internacional de Cine de Venecia, que le otorgó al director el León de Plata.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias, escríbame al correo electrónico [email protected] o regístrese en www.facebook.com/CinematografoCeroCuatro/ para recibir más información del séptimo arte nacional e internacional.