Texcoco, Edomex.- De Bellas Artes a Texcoco, poetas indígenas de diferentes etnias del mundo, llegaron a esta localidad, para conectarse con la cosmogonía nativa de la región, y buscar entre lo más recóndito de esta tierra, al esencia del Rey Poeta Nezahualcóyotl, dentro del Primer Encuentro Mundial de Poesía de los Pueblos Indígenas “Voces de Colores para la Madre Tierra”.
El frío de la mañana debilitaba los tímidos rayos de sol, el sendero irregular conducía a un lugar desconocido, pero con paso firme avanzaban los poetas participantes del Primer Encuentro Mundial de Poesía de los Pueblos Indígenas: voces para la Madre Tierra. Al inicio de un angosto pasillo aguardaba una silueta blanca, era Don Vicente Reyes, quien invitó a pasar a su hogar. “En el marco del IV Festival de Música Vientos de la Montaña, Texcoco es sede del encuentro de poetas”, informó Azucena Cisneros Coss, Directora de Cultura municipal.
“Agradecemos a Don Vicente por recibirnos en su casa, los poetas que se encuentran aquí han venido desde diferentes puntos del planeta para compartirnos sus expresiones. Queremos que se lleven una buena experiencia y el conocimiento de nuestros antepasados, por eso visitamos el cerro del Tetzcutzingo, en donde Netzahualcóyotl tenía un santuario para la meditación”, comentó Rosana Espinosa.
El Encuentro de Poesía de los Pueblos Indígenas se desarrolla en diferentes puntos de la Ciudad de México y del Estado, “Texcoco es sede de este importante intercambio cultural, lo hemos acompañado con actividades del Festival Vientos de la Montaña, en donde también participan músicos internacionales, es un festejo multicultural que se da en tierras texcocanas, nunca antes se había dado”, afirmó Cisneros Coss.
Después de un ritual para conectar el espíritu con la Madre Tierra, Marry Ailonieida Somby, Inger-Mari Aikio-Arianaick, Isaac Díaz Sánchez, Pedro Martínez Escamilla, Fausto Guadarrama y Tzutu Baktun Kan se encaminaron a la cima del cerro. A mitad de camino, en una roca con una cavidad que asemeja una boca depositaron la ofrenda que había preparado Don Vicente para cada quien. Cada paso fue marcando el camino, el mensaje de las rocas fue descifrado por Mary, la esposa del guía. Estaban todos listos para continuar con su labor de difusión.
El reloj marcaba el medio día, el grupo Masehualtlatoli Amanalco dispuso semillas en pequeños contenedores de barro y guirnaldas florales en las cabezas de los poetas, el sahumerio dejaba escapar el humo perfumado con el que purificaron el lugar. En náhuatl y español dieron la bienvenida a todos los asistentes, mientras que los pequeños del jardín de niños Cuicalli permanecían atentos al ritual con el que inició Marry Ailonieida Somby la participación de los poetas.
El sonido del agua corriente de los manantiales de San Jerónimo Amanalco fue el complemento perfecto de la jornada. El maestro Lidio Durán, con su orquesta Altepetl dedicó una pieza al vital líquido en su lengua madre, al tiempo que los alumnos del Instituto Tecnológico de Chimalhuacán se preparaban para cantar el Himno Nacional en náhuatl.
En un mismo espacio se congregaron expresiones de resistencia de Noruega, Finlandia, Guatemala, San Felipe del Progreso, San Pablo Autopan y Amanalco, cada quién, a su manera, expresó su cosmogonía y la importancia de las lenguas madres en la vida presente, porque ofrecen un sentido de pertenencia hacia el futuro. Una verdadera fiesta de los que se reconocen en los otros.