Por Héctor Trejo S. Radiografía Informativa.
Antes de Pedro Infante, quien le dejara la batuta de estrella mexicana, el ídolo musical del pueblo y quien abarrotó en su momento las salas de cine, fue el llamado Charro cantor, Jorge Alberto Negrete Moreno, mejor conocido en el mundo del cine y la música como Jorge Negrete, quien nació el 30 de noviembre de 1911 en la ciudad de Guanajuato, donde además se le puede ver representado en una gran estatua en el centro de la capital del estado, muestra del cariño que le tenía –y le tienen- los lugareños y muchos mexicanos.
Hijo de un militar, el general David Negrete y la señora Emilia Moreno, siempre tuvo la disciplina como bandera, igual que sus cinco hermanos, David, Consuelo, Emilia, María Teresa y Rubén, quien murió muy pequeño.
Un tipo con formación académica, hablaba alemán, inglés, francés e italiano. Gracias a la influencia de su padre ingresó al Colegio Militar a los 14 años, graduándose a los 18 con excelentes calificaciones, un orgullo para su padre, que lo veía laborando en el Hospital Militar de Puebla.
La vida musical de Jorge, comenzó en 1930, cuando se trasladó a la Ciudad de México, “donde ingresó a la academia de canto de José Pierson, y un año más tarde solicitó licencia del ejército para retirarse y dedicarse de lleno a su carrera de cantante en la radiodifusora XETR”[1].
Luego de demostrar sus dotes como intérprete, de autores de toda índole como María Grever, Alfonso Esparza Oteo o Manuel M. Ponce, Negrete consiguió entrar a la XEW con el apoyo de Emilio Azcárraga Vidaurreta y firmar un contrato con la National Broadcasting Company (NBC), para presentarse en un teatro de Nueva York. En 1936 actuó en la película “The mexican caballeros” y alternó en el Teatro Hispano.
Luego de diversas participaciones en filmes mexicanos como “La madrina del diablo” (1937) o “La Valentina” (1938), llegó el gran éxito que lo catapultó en el cine nacional, “¡Ay Jalisco no te rajes!” (1941) dirigida por Joselito Rodríguez y donde trabajó al lado de Gloria Marín.
Para 1942, trabajó en el filme dirigido por Miguel Zacarías, “El peñón de las ánimas”, al lado de María Félix, con quien mantuvo una relación laboral muy conflictiva, “pues él era un conquistador y ella una joven altanera y presumida”[2], aunque 10 años más tarde, se enamoró de ella y contrajeron nupcias.
Después, colaboró en la cinta de Fernando de Fuentes, “Así se quiere en Jalisco” (1942), “Cuando quiere un mexicano” (1944) dirigida por Juan Bustillo Oro, “Me he de comer esa tuna” (1945) de Miguel Zacarías y “Allá en el Rancho Grande” (1949) de Fernando de Fuentes.
Jorge Negrete murió el 5 de diciembre de 1953, víctima de cirrosis hepática. Ese mismo año, salieron al mercado los álbumes “Jorge Negrete”, “Fiesta mexicana” y “El charro inolvidable”, que hicieron sendas recopilaciones de su música.
Otro de los grandes intérpretes musicales, cuyos papeles en el cine mexicano le valieron estar presente en este recuento es Gabriel Siria Levario, mejor conocido como Javier Solís, el Rey del bolero ranchero.
Nacido en la Ciudad de México el 1 de septiembre de 1931, fue el primero de tres hijos del matrimonio formado por Francisco Siria Mora y Juana Levario Plata, quienes lo dejaron en manos de sus tíos Valentín Levario Plata y Ángela López Martínez desde muy pequeño, por falta de recursos económicos.
Javier Solís tuvo la necesidad de trabajar en oficios tales para salir adelante, pues su situación económica siempre fue apremiante, llegó a laborar como panadero, carnicero, cargador de canastas en el mercado y lavador de automóviles, aunque después decidió darle un giro a su vida y buscaría fama y fortuna en el deporte, primero boxeando, luego como jugador de béisbol y finalmente como futbolista.
Al percatarse que su vida tenía otro sentido, decide dedicarse a la cantada, presentándose en lugares públicos de espectáculos como carpas. Es preciso comentar que el primer empresario del medio del espectáculo que le dio oportunidad fue Manuel Garay a mediados de 1946, quien era el administrador del Teatro Salón Obrero, lugar en el que uso el nombre artístico de Javier Luquín, que luego cambiaría por Javier Solís.
Pero fue hasta los inicios de la década de los años 50, cuando una noche, Julio rodríguez, integrante del trío Los Panchos, asistió a una de sus presentaciones, al escucharlo cantar, detectó una voz impresionante y decidió presentarlo con el director de la disquera Columbia, quien le dio una oportunidad y le produjo su primer disco en 1958, “Javier Solís, Volumen 1”, que rápidamente lo llevó al gusto del público que escuchaba la radio y le abrió las puertas al resto de los medios de comunicación, incluso recibió su primer Disco de Platino por las altas ventas de su primer sencillo.
Poco faltaba para que el talento musical de Javier Solís le abriera las puertas del séptimo arte, como había sucedido ya con Pedro Infante o Jorge Negrete. “A los cantantes que alcanzaban el éxito (…) les llegaba la oportunidad de incursionar en la actuación durante la llamada Época de Oro del Cine Mexicano, y Solís no fue la excepción”[3].
Su incursión al cine fue vertiginosa, pues en su primer año como actor en 1960, Javier Solís participó en cuatro filmes, el primero de ellos y su gran debut lo hizo en “Tres balas perdidas”, cinta dirigida por Roberto Rodríguez y compartiendo créditos con Rosita Quintana y Evangelina Elizondo; le siguió el filme “En cada feria un amor” de Rogelio A. González, “Los cinco halcones” dirigida por Miguel M. Delgado y “El Jinete Enmascarado” de Manuel Muñoz, al lado de Antonio Aguilar y Lucha Villa, donde interpreta uno de sus grandes éxitos musicales, El Pecador.
Reconozco Señor
que soy culpable
se que fui
pecador imperdonable
Hoy te pido Señor
me vuelvas bueno
porque tengo un amor
limpio y sincero
Y si voy a seguir
siendo igual que antes fui
no la dejes venir
a llorar junto a mí
A partir de su incursión en el mundo del séptimo arte, el Rey del bolero ranchero, no dejó de participar en películas hasta 1966, año en que falleció después de haber sido operado de la vesícula. En total participó en 27 filmes.
Entre los filmes más destacados de su carrera se encuentran “Camino de la horca” (1961), dirigida por Chano Urueta, “México de mi corazón” (1963) de Miguel M. Delgado, “Campeón del barrio” (1964), dirigida por Rafael Baledón, “El Pecador” (1964) donde compartió créditos con Arturo de Córdova y Marga López, “Los Tres Calaveras” (1964), dirigida por Fernando Cortés y su última cinta, “Los tres mosqueteros de Dios” (1966), dirigida por Miguel Morayta y donde trabajó al lado de Adalberto Martínez ‘Resortes’ y Joaquín Cordero.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected]
[1] Redacción. (2012). 1953: Muere Jorge Negrete, ‘El Charro Cantor’. El siglo de Torreón, 27.
[2] Ídem.
[3] Agencias. (2017). Hace 50 años falleció Javier Solís, el rey de bolero ranchero. Milenio-Novedades de Yucatán, 31.