Encuestas demuestran la derrota anunciada.
Estado de México.- Han transcurrido nueve días de campaña en el Estado de México y la candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandra del Moral no consigue conectar con los mexiquenses en su llamada “Ruta por la Reconciliación” que busca convencer a los ciudadanos de ser la opción para gobernar la entidad.
Los 90 años en que el PRI se ha mantenido en el poder han valido para que Alejandra del Moral comience a vislumbrar una derrota anunciada, pues en su visita por los municipios, los mexiquenses rechazan a la candidata del PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza.
Aunque el PRI apuesta a su maquinaria electoral, sus recorridos exponen el desgaste político y falta de resultados por parte del gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo Maza.
Muestra de lo anterior se presentó en los municipios de Nezahualcóyotl y Axapusco, donde decenas de sillas quedaron vacías porque no asistieron militantes ni simpatizantes; además, durante su segundo día de recorrido por la entidad, en el municipio de Acolman intentó realizar un evento masivo. Ahí, en el intento de reunir a militantes de 14 municipios (incluidos Texcoco y Ecatepec) apenas consiguió congregar a 4 mil personas.
La clara derrota se revela con los resultados que las casas encuestadoras como Meba, Enkoll, Berumen, Votia y El Financiero muestran y marcan a Delfina Gómez Álvarez por más de 20 puntos de ventaja sobre Alejandra del Moral.
Asimismo, en redes sociales se muestran evidencias en videos y fotografías de los espacios vacíos, lo que refleja claramente el rechazo y hartazgo de los mexiquenses. En múltiples ocasiones se observa cómo los organizadores retiran sillas de eventos programados como el caso de Neza que se llevó a cabo en el estacionamiento del Estadio en la colonia Benito Juárez. Así como en el municipio de Axapusco, donde no llegaron todos los asistentes que tenían previstos.
Alejandra del Moral apuesta por una estructura creada por sí misma y, aunque se declara ajena al grupo Atlacomulco formando parte de un nuevo PRI; los mexiquenses ya no muestran interés porque las prácticas de los priistas son las mismas que han gobernado el Estado de México durante nueve décadas.