Por Héctor Trejo S. Columnista de Radiografía Informativa.
Una de esas cintas que dejan un mal sabor de boca a los puritanos y más dudas que respuestas al resto de los espectadores es “Obediencia Perfecta”, el filme del cineasta mexicano Luis Urquiza, que como un secreto a voces, narra la historia del pederasta Marcial Maciel, sin ponerle el nombre a su personaje.
Una película dura, seria y tajante. Un retrato de la pederastia que se vive en el mundo de la iglesia católica, tantas veces criticado, documentado y devaluado por los altos mandos jerárquicos, es aterrizado en este filme de etiqueta crítica y debeladora.
Si bien este largometraje, en el que Alfonso Herrera y Alejandro de Hoyos interpretan a dos seminaristas adolescentes víctimas de abuso, es una denuncia pública, dejará muchas preguntas sin responder, por el accionar de la iglesia católica con gran parte de los agresores con cargo.
“Obediencia Perfecta” transita en el mundo del seminario, en el que Sacramento Santos, un joven aspirante a sacerdote es sobajado y ultrajado por su mentor, quien además es fundador de la congregación Los Cruzados de Cristo, Ángel de la Cruz –que sin pensarlo, tiene todos los elementos de Marcial Maciel-.
En su tortuoso camino, este adolescente aprenderá la forma en que “su admirado mentor se alía por oscuros fines con el poder, y ambos vivirán la más intensa y contradictoria etapa de sus vidas”.
En ese período Ángel de la Cruz se sentirá irremediablemente rendido y desconcertado ante la fragilidad y la inocencia de su pupilo. La relación terminará de golpe cuando el padre Ángel, muy a su pesar, envíe a su ‘hijo’ predilecto a continuar su formación sacerdotal en Roma.
Durante 100 minutos, la pantalla se llena de odio y aberración, por el accionar de los personajes, los cuales tienden a disociar el oculto y surrealista mundo de la formación religiosa y su intenso vínculo con el entorno del poder.
En resumidas cuentas, una buena película cuya carta de presentación es la intensidad de su argumento, del que seguramente no encontrará nada sorprendente, porque los medios de comunicación se han dado a la tarea de informarnos al respecto.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o ingrese al sitio web www.inter-medios.jimdo.com