Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Qué difícil es comentar una película cuando no te gustó, sobre todo, cuando llegaste esperando más, mucho más de una historia que te resulta decepcionante. Así me sucedió con “Pantera Negra” (Black Panther), la última entrega del Universo Cinematográfico de Marvel, dirigida por Ryan Coogler y protagonizada por Chadwick Boseman.
Y es que la historia, desde mi muy particular visión, es bastante entretenida y congruente, sin embargo, comete un terrible pecado cinematográfico al permitirle al espectador ir armando las piezas de su argumento para que él mismo anticipe su final… y yo la llamaría predecible con todas sus letras.
El filme nos narra, la rebelión de un aspirante al trono del reino de Wakanda, un país africano muy rico por sus yacimientos de vibranuim, nutridos por la caída de un asteroide. La ciudad está llena de tecnología por los adelantos que ese mineral les ha permitido tener, la cual se usa también para el diseño de armas y por ello es tan envidiada.
El aspirante resulta ser un asesino a sueldo y con muchos vínculos con los lugareños, situación que permite al espectador, comenzar a perfilar el final, que luego de abandonar la sala, incluso parece una obviedad.
El traje de Pantera Negra, con todo y su tecnología, seguramente le traerá a la mente a Batman, situación que ha sido sujeto de diversas burlas, aunque para beneficio de la cinta, la tremenda gama de efectos especiales que tienen que ver con el traje del superhéroe, no queda a deber en ningún momento.
Al más puro estilo de James Bond, Pantera Negra nos deleita con sus innovaciones tecnológicas provenientes del disfraz, incluso, el personaje mismo proyecta la tan mencionada inclusión, pues un personaje afroamericano se vuelve el centro de la atención mundial.
En los aspectos técnicos, la fotografía de Rachel Morrison es fantástica, aunque no sucede lo mismo con la música de Ludwig Göransson, que en lo personal me pareció bastante decepcionante, teniendo en cuenta otras cintas del género.
Diría yo que es un filme perfectamente apto para los fanáticos del superhéroe, aunque al resto del público lo podrá entretener, sin llegar a ser el gran largometraje que muchos esperábamos.
Por otro lado, toda mi admiración y respeto para Karla Souza, por la decisión de la actriz de denunciar la violación que sufrió por parte de un director de cine mexicano, del cual no habló, aunque Televisa marcó la pauta para señalar a Gustavo Loza.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected]