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Por Karla Navarro, Agencia Informativa Conacyt.
Ensenada, Baja California.- Científicos del Instituto de Investigaciones Oceanológicas (IIO) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) investigan los efectos tóxicos de microplásticos en la bahía de Ensenada.
La investigación, la primera en su tipo en nuestro país, inició el pasado 10 de agosto con una campaña de mediciones en la bahía de Todos Santos, ubicada en la costa noroeste de Baja California, 100 kilómetros al sur de la frontera México-Estados Unidos.
El objetivo es comprobar el impacto de los microplásticos que se generan por las actividades recreativas que se realizan en playas municipales, tanto por el turismo como por la población local, además de aquellas actividades relativas a la pesca y la acuacultura.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Nancy Ramírez Álvarez, investigadora del IIO y responsable del proyecto, informó que durante la primera campaña de mediciones se llevaron a cabo arrastres para colectar lo que se encontrara en la superficie del agua, además de tomar muestras de sedimento para analizar lo que hay en el fondo marino.
“Hicimos 12 transectos y lo que haces es que el barco va avanzando, a dos nudos por hora, vas tomando a través de una estructura con una bolsa colectora en el fondo, va pasando agua que no sabes qué trae, lo que tiene la malla es una bolsa de cierto tamaño de poro, en este caso se usa la de 333 micras y a lo largo de esa hora vas recorriendo un transecto y después, de acuerdo con el flujo y lo que captaste, vas a saber qué cantidad colectaste”, explicó.
Comunicó que el siguiente paso es analizar las muestras para identificar microplásticos y clasificarlos según los diferentes tipos, además de determinar si estos están incidiendo en la acumulación de materiales tóxicos.
“Lo que necesitamos saber también es si el plástico que ingresa está en lugares un poco más cerrados, como por ejemplo en puertos, o mucho del plástico sale o se regresa a la playa, por eso también es importante ver qué pasa en la playa”, añadió la investigadora.
Origen y destino de los microplásticos
Aunque la contaminación del mar es un tema ampliamente estudiado, poco se sabe del efecto de los plásticos en aguas mexicanas y poco menos sobre las repercusiones de los microplásticos, los cuales se definen por ser de un tamaño menor a los cinco milímetros.
Hay dos formas para que los microplásticos terminen en el mar: la primera es a partir de un macroplástico que con el tiempo sufre procesos que lo van degradando hasta dividirse en fragmentos muy pequeños que tienen como destino final el océano o las playas.
La segunda forma consiste en los microplásticos que desde su origen fueron diseñados en ese tamaño por el sector industrial para formar parte de cosméticos como los exfoliantes, entre otros productos.
“El problema no solamente es que lleguen al mar sino que también pueden pegarse otros componentes del medio ambiente, entonces también sirven como sustrato y todavía no es conocido qué tanto se le puede pegar y qué tanto puede incrementar la toxicidad del medio”, apuntó Nancy Ramírez.
Agregó que los plásticos pequeños son una amenaza para la fauna marina, puesto que pueden ser ingeridos por especies que toman del medio su alimento y que tal vez no se vean afectados por la toxicidad del plástico sino porque les da una sensación de saciedad y dejan de comer su alimento.
Una vez concluidos los estudios en bahía de Todos Santos, el grupo de investigadores emprenderá la toma de muestras en la playa municipal de Ensenada y en las plantas de tratamiento que limpian las aguas residuales de la ciudad.
“Entre lo que nos queda pendiente en este estudio es evaluar los efluentes de las plantas de tratamiento para ver qué está ingresando a través de ellas y estudiar la principal playa que es la playa municipal; haremos una comparación entre esta playa que es concurrida con otra que no esté tan concurrida, para ver qué encontramos”, mencionó la investigadora.
Al finalizar la investigación deberán generarse mapas con la distribución espacial de los microplásticos y de los niveles de contaminantes orgánicos persistentes, tales como los bifenilos polibromados (PBDE, por sus siglas en inglés) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH, por sus siglas en inglés), lo que permitirá identificar qué áreas —de la zona de estudio— presentan los niveles más altos de contaminación, así como ampliar el conocimiento sobre el papel de los microplásticos en el medio marino y qué papel juegan en la acumulación de materiales tóxicos.