Por Héctor Trejo S. columnista de Radiografía Informativa.
Hace apenas unos añitos, para ser precisos en 2011, salía a la luz un personaje que encantó a niños y adultos, por su inocencia, sentido del humor blanco, torpeza y sobre todo, porque tenía miedo a volar. Me refiero a un guacamayo azul, citadino llamado “Blu”, que se enamora de un ave brasileña y de la cultura de aquella tierra hermosa llamada Río.
En esta segunda entrega, Blu, el ave citadina, quien por fin aprendió a volar, orillado por las necesidades, ha tenido 3 herederos con su amada Perla y tras un descubrimiento por parte de sus dueños de una colonia de guacamayos azules, emprenden un viaje al Amazonas para conocer a la familia de ella.
Pero el argumento, parte indispensable para que un filme resulta destacado y atractivo, es de lo más flojo de la cinta, que en muchos momentos se cae, pues termina por convertirse en tediosa, lo cual resulta fatídico, pues está dirigida a los niños, que a pesar de ello, van a salir con una sonrisa del cine cuando la vean.
Los aspectos técnicos, en particular la fotografía y la animación en 4DX, están impecablemente cuidados, como es costumbre en casi todos los filmes de animación, sin embargo, eso es simplemente el cascarón, pues cuando un argumento no llena al espectador, la película pasa a ser simplemente aceptable y “Río 2”, por encima de las expectativas que generó, queda a deber.
A pesar de lo anterior, hay una situación digna de destacar dentro de este pantanoso argumento, que destaca como un oasis en el desierto: los espectaculares bailes efectuados por las aves. Porque son todos llenos de colorido y emotividad, que le dan una pequeña porción de esa pimienta que necesita la película.
A lo largo de sus 101 minutos de duración, la nueva cinta de Blue Sky, nos demuestra porqué se dice que las segundas partes –prácticamente- nunca fueron buenas, pues con “Río 2”, da la impresión de que su director, Carlos Saldanha (La era del hielo 1,2 y 3, Robots, Río), sólo quiso extender la primera entrega de manera un tanto forzada.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias, escríbame al correo electrónico [email protected] o ingrese al sitio web www.inter-medios.jimdo.com