Por Héctor Trejo S. Columnista de Radiografía Informativa
Cleo (Yalitza Aparicio), una mujer que llegó a la Ciudad de México proveniente de provincia para asumir la labor de trabajadora doméstica, con un desconocimiento muy notorio del entorno, pero un corazón muy grande que le sirve para contagiar a todos los que intervienen en su vida, es la protagonista de “Roma”, la más reciente cinta de Alfonso Cuarón.
Completamente dramática por el argumento, pero también por la fotografía y la estética visual que le imprime a la cinta del director mexicano, filmando en blanco y negro, con tonos que nos trasladan de la depresión del argumento, a la tranquilidad del ritmo para dejarnos indefensos ante tres devastadores momentos.
El filme comienza con un ritmo parsimonioso, contando de a poco los rasgos distintivos de cada personaje y deteniéndose por supuesto en la inexperiencia de Cleo ante los problemas en casa entre los patrones y sobre todo ante su efímera relación amorosa, que más tiene tintes de solo relación sexual. Justo aquí, Cuarón comienza a soltar sus proyectiles. Cleo se enfrenta a una grave noticia y busca solucionarla pero no le resulta nada.
La segunda embestida argumental, la ofrece la propia Cleo, cuando en un almacén y acompañada de su patrona, observa la agresión en 1971 de los halcones –grupo organizado por autoridades para agredir y asesinar a estudiantes- y parte de su grave problema se incrementa al ver de frente al causante de todo.
La otra característica del cine de Cuarón que no deja de lado en “Roma”, es la directa o incidental crítica social, que además del retrato de las agresiones a la comunidad estudiantil por parte del grupo de choque ya mencionado, retoma las condiciones en que vivían los habitantes de lo que parece ser Nezahualcóyotl en aquellos años, caminando entre charcos, situación por la que mucho tiempo se le conoció popularmente a esa zona como nezahualodo.
Habrá que comentar que la protagonista, Yalitza Aparicio (que antes era profesora), ha sido toda una revelación interpretativa y se augura que siga con el tremendo éxito en sus futuros proyectos. Ella interpreta a Cleo, una empleada doméstica que cuida a los hijos de una familia de clase media. Por cierto, el personaje, es un homenaje a la nana del director, que lo cuidó durante su infancia.
En suma, es un retrato de la clase trabajadora, pero visto desde los ojos de un clasemediero como Cuarón, que además le pone el toque emotivo, con notorios recuerdos de su infancia en la gran colonia Roma y representa el regreso del cineasta mexicano a la querencia. Una cinta que vale la pena, a pesar de las críticas por el ritmo cadencioso que tiene en algunos momentos.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o sígame en mis redes sociales “CinematografoCeroCuatro” en Facebook y “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.