Tezcutzingo, una belleza ancestral de Texcoco espera tu visita.

Tezcutzingo, su significado es un conjunto de dos palabras ” tetzcoco” o (querido tetzcoco) y ” tzin” proveniente del náhuatl que significa ”lugar hermoso”
Su origen se remonta al siglo XVI cuando habitaban los fundadores chichimecas descendientes de xolotl en el cual todos los cerros se utilizaban para crear lugares de culto y recreación.
El cerro tetzcotzingo no fue la excepción, ya que en el reinado de Nezahualcoyotl dicho sitio fue concebido como un lugar para la complacencia sensual y como una recreación del paraíso. Dedicados a Tláloc, dios de la lluvia, estos jardines fueron diseñados y construidos con esculturas que representaban la mitología azteca, incluyendo la celebración de números sagrados como el número 52, por ejemplo.
Los nuevos proyectos hidráulicos y los jardines de terraza transformaron la entonces tierra estéril en exuberantes jardines comestibles que incluían los tres alimentos básicos en toda la América prehispánica: frijol, maíz y calabaza. Los cursos de agua se utilizaban para conectar piscinas que tenían un significado histórico y mítico a través de esculturas monolíticas y representaciones simbólicas para poder reafirmar la conexión del Imperio azteca con las cosmografías míticas y con los imperios precedentes. Un claro ejemplo es un baño de piscina que está flanqueada por tres ranas, representando los tres estados del Imperio azteca: Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan, las ciudades que crearon el Imperio dominante de la cuenca central de México por espacio de tres siglos.
En el sitio existió antes de la conquista de México, un jardín botánico con plantas medicinales (que se piensa fue el primero en América), así como un zoológico. Los edificios más tempranos conocidos hasta la fecha datan de las últimas etapas del periodo Preclásico, hacia los primeros años de nuestra era, asimismo el estilo arquitectónico de las construcciones postclásicas de Tetzcotzingo ejemplifican con claridad la ingeniería aplicada a la construcción de un sistema hidráulico que abastecía de agua al sitio y a los pueblos cercanos a este, destacando estructuras para la captación del agua tales como El Acueducto, El Baño de la Reina, El Baño del Rey y El Reservorio.
En ese sentido, las instalaciones e infraestructura hidráulicas son semejantes a las que se encuentran en el cerro de Chapultepec. El agua llegaba transportada por acueductos y pozas con vegetación y era usado por poetas y otros intelectuales. A la llegada de los españoles, el sitio estaba en uso activo, y el propio Bernal Díaz del Castillo lo menciona como un sitio de extrema belleza.
Las manifestaciones estéticas de la práctica de los mitos —que eran vitales para la cultura azteca— también ocuparon un lugar importante en Texcotzingo, con espacios diseñados para la realización de la poesía, la música, el canto, el baile y la oración. La transformación de la montaña de Texcotzingo en el arte, y la percepción de que la montaña misma es una obra de arte, tiene gran importancia (ya sea mítica o de otro tipo) en la cultura precolombina, calificando así a Texcotzingo como un trabajo de tierra. También hay una conexión permanente entre las ideas del arte, la cultura y la naturaleza se manifiesta por la roca/esculturas, la flora existente/plantaciones, etc., en el diseño y construcción de Texcotzingo.
La belleza de este sitio, llamado como un palacio de la realeza texcocana o xochitecpancalli, inspiró a el pintor José María Velasco para crear el óleo conocido como Los Baños de Nezahualcóyotl, magna obra del arte mexicano. La zona arqueológica se encuentra enclavada en el “Sistema Tetzcotzingo”, importante área natural protegida en la que prevalece gran biodiversidad de especies vegetales y animales. En el 2002 el gobierno de México la declaro como ”zona de monumentos históricos”,
por sus grandiosas obras antiguas.

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