CDMX.- Conejos de entre cinco y siete metros de altura que irradian luz en la Plaza de Santo Domingo, un arcoíris nocturno del Monumento a la Revolución con dirección al Zócalo y un collage multicolor proyectado en la fachada del Palacio de Bellas Artes y otros lugares emblemáticos, se despidieron la noche del domingo 13 de noviembre de la Ciudad de México.
El Festival Internacional de las Luces (FILUX) 2016 dirigido por David Di Bona y organizado por Cocoliche Lab, a través del Fondo Mixto de Promoción Turística de la CDMX, en alianza con varias instituciones y empresas, llegó a la capital del país el pasado jueves 10 de noviembre con proyecciones cuyo punto de partida fue la luz que transforma el espacio en arte y crea experiencias.
El concepto que nació en Europa —donde se realizan los festivales de luz más grandes del mundo— se terminó este domingo.
Las piezas iluminadas estáticas incitaron al movimiento de las personas que se acercaron a ellas para entenderlas, se pararon de un lado, frente a ellas o se tomaron fotos; por lo que también fue un festival participativo, donde no solo se miró y se escuchó, también se pudo ser parte.